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El colegio está muy bien para que todo niño cuente con unos conocimientos generales, es el momento en el que nos decidimos por las cosas que nos gustan y por las que no. Cuando se trata de asignaturas que consideramos importantes, siempre es mejor profundizar y aprender con nuestro propio método.
En un artículo de The Guardian donde se les preguntaba a los jóvenes qué les animaría a aprender idiomas, se aprecia su preocupación por aprender de manera más personal y práctica. Cuando se les preguntó qué les animaría a aprender idiomas, solo un pequeño porcentaje de estudiantes nombró el colegio. Un gran porcentaje prefirió actividades fuera del entorno escolar: intercambios en el extranjero, conversaciones con personas nativas, aprendizaje a través de aplicaciones móviles, películas extranjeras, lecciones interactivas…
En mi caso, no recuerdo el momento en el que dejaron de motivarme las clases de idiomas del colegio, pero lo que sí recuerdo es cuando empecé a mostrar interés por aprender fuera de esas cuatro aburridas y desgastadas paredes. Empecé a divertirme aprendiendo, a estudiar los temas que me interesaban y a sacar lo mejor de cada lección. A continuación os describo las diferentes razones que me llevaron a aprender idiomas por mi cuenta, ¡consejos útiles para aprender mejor!
1) Aprender fuera de los confines del colegio da mejores resultados
Es muy importante aprender allí donde se habla el idioma. A los once años me fui por primera vez a Inglaterra a casa de unos amigos de mis padres. Estaba en medio de la nada (un cottage muy British de toda la vida) así que no me quedaba otra que hablar inglés, ver la tele en inglés, y acariciar a los tres o cuatro perros que había en la casona (también en inglés). Aprender in situ fue todo un acierto, no solo aprendí la lengua, sino también la cultura, las costumbres, recuerdo que bebí mi primer té con leche… Luego en el colegio en seguida me apunté a un intercambio con Francia, me lo pasé genial y volví hablando francés tres veces mejor que antes y lo mejor de todo, ¡sin tocar ni un libro!
2) Hablar con nativos una hora es más útil que estudiar en el colegio un año
Está probado que hablar con nativos mejora la comprensión y la pronunciación. Desde el momento en el que me lancé a hablar con nativos, se me quitó la vergüenza tonta del nivel beginner y aprendí mucho de las expresiones que la gente de verdad usa en las situaciones del día a día. Se me olvidó el “Unit one: learning to learn” y en su lugar aprendí “It’s not a big deal” o “it’s raining cats and dogs”. Además, aprendí que la “S” en island o la “L” en walking no se pronuncian, eso se aprende solo al escuchar, no es una norma y ¡no te lo dice ningún profesor! Parece que cuando no te estás enfrentando a un examen se aprende mejor, ¿no?
3) Mi tiempo libre también se convirtió en tiempo de aprendizaje
A mí, como a cualquier persona nacida en los 80, me pierde una buena serie y soy capaz de saltarme dos comidas si tengo un par de temporadas listas para ver. Cuando consideré que mi nivel de inglés era más bueno que malo, cambié todas mis series del español al inglés. Y eso que el doblaje en español es muy bueno, y al principio se me hizo raro escuchar a la verdadera Carrie Bradshaw, o ver los enfados entre Ross y Rachel en su idioma original, pero a la larga me vino genial. Ahora agradezco los pequeños esfuerzos y tengo un acento mucho más suave que si solo hubiera estudiado inglés en el colegio con una profesora que, por cierto, era más española que el jamón serrano. ¡Te animo a traducir tus rutinas!
4) Viaja todo lo que puedas, practica idiomas fuera de tu zona de confort
En un mundo tan globalizado, cada vez hacen falta más personas globales. Si viajas verás la enorme utilidad de hablar varios idiomas. A mí siempre me ha encantado viajar, viajar y hablar, así que, cuando vi que mi nivel de inglés era suficientemente bueno me lancé a por otros idiomas, empezando por el francés. Viajé a Francia con mi familia y sola, y vi que me podía comunicar, que me trataban menos de turista y que disfrutaba mucho más de los viajes. MILAGRO, ¡se puede ir más allá del voulez vous coucher avec moi!
5) Haz la clase a tu medida
Si aprendes un idioma por tu cuenta, ni tienes que imitar a los mejores ni esperar a los que van peor. Además, la clase no termina cuando suena el timbre, sino cuando te sientes cansado o piensas que ya has aprendido la lección del día. No olvides que la clase no tiene por qué ser en casa, o en un sitio cerrado y aburrido… Si hace buen tiempo baja al parque a leer, o a escuchar música en el idioma que estás aprendiendo e intenta sacar las letras, o mejor que todo lo demás, ¡queda con un amigo o amiga que también esté aprendiendo idiomas! Nada mejor que compartir risas con amigos, ¡como los protagonistas de nuestro vídeo!