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7La semana pasada el comediante mexicano Carlos Villagrán, de 72 años de edad, dio una entrevista al diario argentino La Nación, y contó varias anécdotas sobre su participación en El Chavo del 8, el famoso programa de Roberto Gómez Bolaños. «Yo era más compinche con Don Ramón [Ramón Valdés]. Nosotros éramos los sencillos del grupo, los que sí dábamos autógrafos, los que sí nos llevábamos con la gente. Los demás eran un poquito naricitas paradas», contó entre chistes Villagrán.
Entre esas anecdotas, ‘Quico’ reveló que muchas personas creían que la vecindad del Chavo era un lugar de verdad: «Mucha gente cree que la vecindad existía realmente y hasta viajaba al DF para conocerla, pero al llegar se encontraba con que no había vecindad por ningún lado. Nunca estuvo armada de forma permanente. Se montaba y desmontaba todo el tiempo y cuando terminábamos de grabar, desaparecía», aseguró.
¿Cuál fue la clave del éxito para el afamado programa? Según Carlos, se debe a que en realidad no había niños de verdad: “ De haber salido un niño nos hubiéramos convertido en payasos. Pero Chespirito lo tuvo muy claro desde el comienzo. Si hubieran aparecido niños se habría esfumado la magia”.
El Chavo y el Chapulín colorado son dos de los personajes más populares del programa. ¿Cuál prefiere ‘Quico’? Sin dudarlo mucho, el actor responde “El Chavo. Porque el Chapulín es ciencia ficción, nadie se hace chiquito, nadie vuela. Pero el Chavo es más humano, es arrancado de la vida misma.”
Pero lo más curioso, según Villagrán, es que de todos los personajes, él considera que Don Ramón era “el eje del programa”. Así lo explicó durante la entrevista: “Poco después de mi partida, [Don Ramón] también se alejó por solidaridad conmigo. Doña Florinda se quedó sin tener a quien pegarle, la Bruja del 71 se quedó sin motivo de vivir. El Señor Barriga se quedó sin tener a quien reclamar el pago de la deuda. La Chilindrina se quedó sin papá, el Chavo sin su protector y el profesor Jirafales sin interlocutor para discutir. Al irse Don Ramón se acabó el programa. Era buenísimo Don Ramón, hacía que se lucieran todos los demás personajes”.
