Es una de las profesiones con menos presencia femenina y una aerolínea quiere acabar con esta situación. Ser piloto comercial es uno de esos cada vez más escasos reductos profesionales que son coto de los hombres. No existe una razón clara que explique esta situación, pero las cifras lo demuestran con claridad.
En realidad, el puesto de piloto de avión comercial es una de las cuatro profesiones menos deseadas por las féminas. La consultora especializada en estudios y ránkings sobre empleo, CareerCast ha realizado un listado con esas profesiones con poca presencia femenina y en ella ha incluido, además de la profesión de piloto, la ingeniería en mecánica del automóvil, la construcción civil y la electricidad y la generación de energía.
En Estados Unidos y Canadá, dos países en los que el avión es vital, las mujeres sólo representan algo más del el 5% de la población de pilotos, según datos divulgados en su día por la Asociación de Pilotos de Aerolíneas.
Los motivos de este divorcio entre pilotaje y mujeres son diversos y complejos. La expiloto de american Airline, Angela Masson, sostiene que el trabajo de piloto está envuelto en un montón de circunstancias, más allá del mero hecho de volar, poco atractivas, “especialmente para las mujeres que no tienen el impulso, la ambición, los medios financieros o la familia/soporte para volar aviones como carrera”
Ha sido ahora la consejera delegada de Easy Jet, Carolyn McCall, que se desenvuelve en un cargo también ocupado mayoritariamente por hombres, quien ha dado un golpe encima de la mesa y se ha propuesto dar un vuelvo a la situación.
Mientras tanto la aerolínea británica EasyJet quiere que al menos un 20% de los nuevos pilotos cadete en 2020 sean mujeres, con el objetivo de incrementar eventualmente el número de pilotos femeninas en su plantilla. Actualmente, la aerolínea de vuelos de bajo coste, con sede en Luton (al norte de Londres), cuenta con 164 mujeres piloto (el 6% de la plantilla), de las cuales 62 son capitanas.
“Hace cincuenta años casi todas las profesiones estaban dominadas por hombres, y en las últimas cinco décadas ha habido progresos en casi todos los sectores, con mujeres en cargos directivos en derecho, medicina, educación, finanzas o política”, afirmaba hace unos días McCall. “Sin embargo, apenas ha cambiado la proporción de mujeres piloto (…). Nos gustaría comprender a qué se debe esto y qué podemos hacer para cambiarlo”, añadió.
La inquietud de la empresa por este problema no es nueva. En 2015 puso en marcha la iniciativa de reclutamiento Amy Johnson y ha logrado elevar el 6% el número de mujeres piloto pero ahora se propone dar otra vuelta de tuerca a la idea.
Una loable iniciativa que no deja de ser también un guiño comercial hacia la numerosa clientela femenina.