Aunque anteriormente se calificaba como un mal hábito, ahora también es una alerta a la salud, pues podría ser la antesala a un cáncer de piel.

Así lo vivió Courtney Whithorn, una joven de 20 años que se mordía las uñas constantemente, debido al bullying que sufría, desarrolló un extraño tipo de cáncer.

A los 16 años, fue víctima de acoso escolar, con el estrés y la ansiedad que provocó su intensa mordedura de uñas.

“He mordido mis uñas toda mi vida, pero en 2014 estaba en el año 11 en la escuela secundaria y fui víctima de acoso crónico. Comenzaron los rumores sobre mí y si me sentaba con la gente a almorzar, me ignoraban por completo como si yo no existiera. Morderse las uñas se convirtió en un mecanismo de defensa para mí.

“Ni siquiera sabía que me estaba mordiendo las uñas a veces, simplemente sucedió. De alguna manera perdí el sentimiento porque lo hacía con tanta frecuencia. No me di cuenta de que me había mordido toda la uña del pulgar hasta que vi cuánta sangre había en mi mano.

“Realmente nunca volvió a crecer igual. Solo creció en un lado de mi pulgar y seguí mordiéndolo y finalmente la parte inferior de mi uña se volvió negra. Pensé que estaba muerto como cuando la gente se golpea las uñas», expresó.

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