Doña María Hernández, mejor conocida en Trujillo Alto como “Dominiqui” tiene 92 años y reside en el sector Villa Escondida de éste pueblo. La anciana vive en una humilde casita con necesidades apremiantes que ponen en riesgo su seguridad.

Dominiqui, nació en República Dominicana y llegó a Puerto Rico cuando tenía 21 años. Se siente “Trujillana”, y su apodo lo acogió de los estudiantes de la escuela superior del pueblo, Medardo Carazo, donde trabajó como conserje durante 20 años. A su edad, es una mujer fuerte, sin complicaciones de salud, muy lúcida, con recuerdos muy detallados de sus años mientras trabajaba en la escuela.

Con un poco de nostalgia, Dominiqui recuerda que tuvo que dejar su trabajo después de una caída que tuvo en la escuela. Luego de esto se dedicó a cuidar enfermos en su comunidad. El amor que Dominiqui le dio a los Trujillanos es reciproco porque hoy, ex alumnos, de la escuela, se unieron a pedir ayuda para que Dominiqui pueda tener una mejor calidad vida.

“Me cansé de tocar las puertas del municipio y de pedir ayuda al alcalde, hasta el momento no conseguí nada. Tengo que decirlo, soy popular, el alcalde es popular y me cerró las puertas. La casa de Dominiqui no está en condiciones óptimas, la cocina es un peligro, los gabinetes están rotos, en muy mal estado, el baño también está en malas condiciones, ella es una mujer que le ha dado tanto a nuestro pueblo que no es posible que viva así”, dijo Marisol Adorno, estudiante de la clase graduanda de 1984 de la Medardo Carazo, quien ha seguido al pendiente de Dominiqui.

Adorno, explicó que lleva más de un año solicitando ayuda al municipio, ha pedido servicios de un ama de llaves, que incluyan a la anciana en la ruta de almuerzos calientes y que la acojan como participante del Centro de Envejecientes del pueblo, pero ninguna de estas peticiones han sido atendidas. Cabe destacar, que la misma Dominiqui pidió ser parte del centro de envejecientes, “me encantaría estar en el centro para hablar y disfrutar con más personas”, añadió Dominiqui, a la conversación.  

“Me cansé de esperar y tuve que pedir ayuda a Eric Correa, (ex senador y candidato a la alcaldía del pueblo), el vino la visitó, habló con ella y vio las necesidades que tenía. Eric, en pocos días regresó, trajo los gabinetes nuevos y se comprometió a restaurar el baño”, manifestó Adorno.

Por su parte, Dominiqui, radiaba de felicidad y no pudo ocultar la alegría al ver varios hombres cargando sus nuevos gabinetes. “Que emoción, Dios mío”, eran parte de las palabras de agradecimiento de Dominiqui.

“Yo hago un llamado a todos los Trujillanos para que nos unamos y Dominiqui tenga en su casa todo lo que necesita y merece. Ella es una mujer que todo Trujillo Alto conoce, cuando me hablaron del caso me comunique con la senadora Marissa Jiménez y con la representante Wanda del Valle y me ayudaron con equipo para la cocina y el baño. Aquí hace falta más y no nos vamos hasta que me asegure que Dominiqui va a tener una mejor calidad de vida”, manifestó Eric Correa.

Correa añadió que, hará las gestiones necesarias para poner un aire acondicionado en la pequeña residencia donde por todas las esquinas hay una extensión con un abanico. Adicional, va a evaluar la entrada de la casa, cuyo acceso es con escalones en cemento, en busca de una alternativa que le facilite la entrada y salida a Dominiqui, quien tiene problemas en una de sus rodillas.

De igual forma, Correa dijo que ya tiene un grupo de trabajo para cambiar los gabinetes y hacer los trabajos en el baño. Sin embargo, dejó abierto el llamado a los Trujillanos que se quieran unir y ser parte de la remodelación y las ayudas directas a Dominiqui.

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