Los desastres naturales, siempre producen un impacto en la salud mental de las personas.  Las perturbaciones psicológicas que generan estas experiencias pueden presentarse a corto, mediano o largo plazo. Aunque debemos aprender de lo vivido y estar preparados para enfrentar algún otro fenómeno, es importante que las personas no pierdan en control.

“En Puerto Rico la mayoría hemos sido bendecidos pues Irma no nos dejó mayores daños. Sin embargo, hay personas que fueron afectadas y que perdieron sus hogares. Otras han quedado marcadas por el pánico de perderlo todo. Y aparte de ofrecer ayuda material, necesitamos estabilizar la parte emocional también”, expresó la presidenta del Colegio de Tecnólogos Médicos de Puerto Rico, Omaris Laureano.
Irritabilidad, tristeza, falta de concentración, inseguridad, insomnio o pesadillas, son algunas de las condiciones que podría estar pasando una persona tras una experiencia de esta magnitud. Todos requieren tratamiento especializado.

“La estabilidad emocional está muy atada a la salud física. Una persona que no reciba la atención necesaria y que le suba la presión, podría sufrir un infarto, por ejemplo. Y si tiene otros padecimientos de salud, podrían complicarse. De aquí la importancia de que estemos alertas a cualquier señal de familiares, vecinos, amigos”, destacó Laureano.
En momentos de estrés es importante monitorear el cuerpo para evitar ataques de ansiedad o pánico, cualquier alteración en condiciones cardiacas, daños en el sistema digestivo, bajones de azúcar, entre otros. Si siente alguno de estos síntomas visite su médico de cabecera y al laboratorio de su preferencia.

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