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Continúa la angustia en Morovis por falta de agua potable

 

 

En el Barrio Morovis Sur de este pueblo de la montaña, los preparativos de prevención por el posible paso del Huracán Irma se suman a un problema que lleva muchos años, pero que impacta de igual manera: la falta de agua o el servicio intermitente de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).

«El término angustia es poco: la falta de agua impide a los vecinos tener una vida normal, también limita a los comercios el ofrecer servicios a sus clientes e impide el desarrollo de nuevos negocios o industrias. Precisamente ayer, también se afectan los trabajos en las escuelas públicas», explicó la alcaldesa Carmen Maldonado González.

Ayer viernes y ante el llamado de padres con alumnos en la Escuela Segunda Unidad David Colón Vega, la Alcaldesa envió el único camión cisterna con que cuenta el Municipio de Morovis para que atendiera el problema de falta de agua. «Ya ese camión tiene sus años de uso y en ocasiones se calienta, a pesar del mantenimiento constante al que es sometido, pero es que Morovis somos 13 barrios montañosos, sumado al casco urbano y la atención a las comunidades debe ser constante, pero no tenemos los recursos necesarios. Al menos necesitaríamos dos camiones cisterna adicionales para paliar la situación», argumentó Maldonado.

El pasado 10 de agosto, un nutrido grupo de moroveños acudió a manifestarse ante las oficinas centrales de la AAA en Hato Rey, donde fueron atendidos por el presidente de la corporación pública, licenciado Elí Díaz Atienza y su equipo de trabajo, quienes ofrecieron alternativas, con la promesa de volverse a reunir en 30 días para ver resultados.

«Ya para el lunes 11 de este mes se cumple esa fecha y en honor a la verdad, los oficiales de la Región Norte de la AAA atienden los llamados, nos hemos reunido muchas veces, pero no hay soluciones a la vista. Este es un problema de décadas. De hecho, cuando Luis Fortuño era gobernador inauguró una planta de procesamiento de aguas crudas en el Barrio Río Grande, una instalación que se anunció que costó más de un millón de dólares. Ahora, vaya usted por la zona y pregúntele a los vecinos. El problema sigue igual».

La Alcaldesa agradeció la atención que ha recibido de la comisionada residente Jenniffer González, quien la recibió en sus oficinas en Washington para exponerle la situación, «pero ella también está limitada porque la AAA debió tener un plan a largo plazo para atender los reclamos de Morovis, que no se iniciaron con esta administración, insisto, este es un problema de décadas y tiene que resolverse», finalizó.

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