El departamento de Justicia de Estados Unidos liberará entre finales de octubre y principios de noviembre a 6.000 presos que todavía no han cumplido su condena como medida para aliviar la sobrepoblación de las cárceles, según publicó el martes (06.10.2015) el diario estadounidense Washington Post.
Aproximadamente dos tercios de los reclusos serán trasladados a centros de reinserción o se les concederá temporalmente prisión domiciliaria hasta que se les ponga en libertad bajo vigilancia. El otro tercio son ciudadanos extranjeros que serán «deportados rápidamente», según el diario capitalino.
Rebajar “severas” penas
La liberación de los 6.000 presos tiene dos objetivos, por un lado, aliviar la situación que se vive en las cárceles de EE. UU. y, por otro, rebajar las «severas» penas impuestas en delitos relacionados con las drogas en las últimas tres décadas.
El año pasado, la Comisión de Sentencias del Gobierno estadounidense decidió reducir las penas potenciales por delitos relacionados con la posesión, consumo o venta de drogas, y dispuso que el cambio tuviese carácter retroactivo.
Cárceles sobrepobladas
El pasado 16 de julio, el presidente Barack Obama hizo una visita histórica a una prisión federal para pedir una reforma que «replantee» el sistema de justicia criminal, que ahora «genera cárceles superpobladas, impone un estigma a los exconvictos e impacta de forma desproporcionada a negros e hispanos».
El mandatario quiere aprobar este año en el Congreso una reforma del sistema de justicia penal del país, con el fin de reducir las sentencias a los condenados por delitos no violentos relacionados con las drogas, que afectan principalmente a los hispanos y a los negros.
Alrededor de 2,2 millones de personas se encuentran tras rejas en Estados Unidos, que concentra el 25 por ciento de los presos del mundo, una cifra cuatro veces más alta que la de China y superior a la de los 35 países más importantes de Europa juntos, según la Casa Blanca.