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El zika no se manifiesta siempre con los mismos síntomas

zika 5Foto Archivo

 

La infección con el zika no siempre es obvia. En un caso reciente, un sarpullido, ojos irritados y manchas en la boca fueron los síntomas clave de la infección con el virus transmitido por los mosquitos, informan unos investigadores.

El paciente de 44 años no tuvo fiebre, una señal común de la infección con el zika. Pero se quejó de dolor de cabeza, fatiga y enrojecimiento en los brazos y las manos solo unos días después de volver a Estados Unidos desde Puerto Rico, donde el virus transmitido por los mosquitos está en circulación.

La infección con el zika solo se confirmó mediante pruebas de sangre y orina administradas tras la recuperación del hombre.

Los investigadores están publicando el caso para resaltar las características menos conocidas de la enfermedad, que por lo general es leve, pero que puede provocar defectos congénitos y problemas neurológicos graves.

«Nuestro objetivo [es] ofrecer una descripción más detallada de los hallazgos sobre la piel, las mucosas y los tejidos que la que existe en la literatura, con la meta de mejorar la concienciación y el reconocimiento de los casos sospechados por parte de la comunidad de la atención sanitaria», señaló el coautor del informe, el Dr. Amit Garg.

El problema para diagnosticar el zika es que el virus comparte muchas características con otras enfermedades, explicó Garg, profesor asociado de dermatología de la Escuela de Medicina Hofstra Northwell, en New Hyde Park, Nueva York.

La enfermedad ha capturado la atención global en el último año debido a las infecciones generalizadas en Centro y Sudamérica.

Según la Organización Mundial de la Salud, 64 países y territorios han reportado la transmisión del zika, propagado mayormente por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue y la fiebre amarilla. Se cree que las relaciones sexuales, y probablemente las transfusiones de sangre, propagan la infección, apuntan los expertos.

Los síntomas por lo general son leves y breves, y duran de dos a siete días. Pero la exposición al zika en el embarazo aumenta el riesgo de microcefalia, un grave defecto congénito que afecta al tamaño de la cabeza y del cerebro del bebé. El Zika también se asocia con el síndrome de Guillain-Barré, una rara enfermedad del sistema nervioso.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., en la parte continental de los EE. UU. solo se han visto 472 casos, todos contraídos fuera del país. Pero las autoridades sanitarias predicen que en el verano los mosquitos portadores del zika supondrán un peligro en los estados del Golfo, incluyendo a Florida, Luisiana y Texas.

Garg y sus colaboradores presentan sus hallazgos en la edición en línea del 11 de mayo de la revista JAMA Dermatology. Dijeron que el paciente se sintió fatigado y desarrolló un dolor de cabeza en el plazo de tres días tras volver a Estados Unidos.

Un día después, experimentó un enrojecimiento e inflamación sin picazón en los brazos, las manos y las palmas. La inflamación se propagó a su torso en 24 horas, antes de desaparecer y pasar a las extremidades inferiores, sobre todo las rodillas y pies.

Luego desarrolló una sensación de quemazón y dolores en las articulaciones de las muñecas, rodillas y tobillos.

En ocho días, muchos de sus síntomas iniciales desaparecieron.

Solo luego, tras una evaluación médica completa, los investigadores catalogaron señales claras de infección y dictaminaron un diagnóstico de zika.

Basándose en este caso, el equipo de Garg concluyó que los sarpullidos del zika se manifiestan como «minúsculos bultos posicionados muy cerca entre sí» que se propagan de la parte superior a la parte inferior del cuerpo en el transcurso de varios días.

También tienden a aparecer «minúsculas manchas rojas» en el cielo de la boca, y los ojos podrían parecer irritados, aunque no todos los pacientes tendrán todos esos síntomas, aclaró Garg.

En última instancia, «el médico necesitará muestras de sangre y/u orina para confirmar la presencia del virus del zika», apuntó Garg. Pero un dermatólogo podría descartar el zika como posibilidad, añadió.

A principios de esta semana, las autoridades sanitarias de EE. UU. reportaron que las pruebas de orina parecen mucho mejores que los análisis tradicionales de sangre para detectar la infección. Si investigaciones posteriores confirman esos hallazgos, quizá hacer pruebas del virus del zika se haga más fácil.

La mayoría de los expertos dicen que los estadounidenses no deben entrar en pánico, pero sí deben ser conscientes de que el zika es un peligro.

«Vivimos en un mundo globalmente interconectado, donde la rapidez del viaje moderno nos permite a nosotros, y a los microbios que nos infectan, estar virtualmente en cualquier sitio en cuestión de horas», señaló Lola Stamm, profesora asociada de epidemiología de la Facultad de Salud Pública Global Gillings de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.

El resultado, advirtió Stamm, es que «el viaje y el comercio pueden traer ‘nuevos’ patógenos y sus vectores a nuestras puertas en tan solo unas horas».

No hay tratamiento conocido ni vacuna contra el zika, y los expertos solo pueden recomendar ropa de mangas largas y repelentes con DEET para limitar el riesgo, o evitar las regiones donde el virus esté circulando.

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