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Qué hacer en el momento justo en el que sufres un calambre

 

Esa punzada tan molesta y familiar cuando estás haciendo ejercicio. Ese calambre repentino e incontrolado que produce un latigazo en los músculos. Se trata de espasmos musculares involuntarios o contracciones que generan mucho dolor, aparecen de improviso y en ocasiones acaban por inmovilizarnos. Pero, ¿qué es lo que realmente causa que los músculos se contraigan?
Aunque se desconoce el motivo de muchos calambres, a veces pueden ser causados por el envejecimiento, el ejercicio extenuante, los medicamentos para el colesterol (estatinas) o la presión arterial alta, la deshidratación y las enfermedades hepáticas, según informa ‘The Independent’. También suelen aparecer cuando nos mantenemos en una misma posición durante mucho tiempo y con tensión. Es algo que no solo afecta a los deportistas, la inmovilidad y el sedentarismo también son un factor muy importante a tener en cuenta. Nuestros músculos dejan de trabajar como deberían, se ralentizan e incluso pueden atrofiarse a una edad temprana. Al llegar a la madurez, es de vital importancia mejorar un poco más nuestros hábitos, ya que los calambres pueden aparecer en mayor medida.
Uno de los más frecuentes se da en las piernas. Es muy habitual ver cómo en mitad de un partido de fútbol, un jugador queda tendido en el suelo con la pierna al aire y un compañero se le acerca para sostenerle el pie. Esto se debe a un calambre en la pantorrilla o en el tendón de la corva. Pero los calambres no son solo exclusivos de la gente con una exigencia física alta, sino que también son muy frecuentes cuando estamos en reposo, como por ejemplo mientras dormimos por la noche.
Una vez que llega la punzada, estirar el músculo es la mejor medida a tomar, de ahí que la clásica imagen de un jugador sosteniéndole la pierna a otro se repita. Los ejercicios de estiramiento regulares, como por ejemplo nada más levantarte o antes de dormir, particularmente en el músculo de la pantorrilla, pueden servir de gran ayuda a la hora de prevenirlos. Tomar analgésicos, como el paracetamol o el ibuprofeno, no reportará grandes beneficios, ya que tardan demasiado en hacer efecto, pero sí que pueden ayudar a calmar la sensibilidad muscular posterior.

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