ojos cerrados

 

Estás junto a él y sólo piensas en besarlo. Te mira, lo miras, se acerca, te acercas y por fin llega el momento mágico. Sientes su cara, sus labios se rozan y sin saber por qué sucede algo automático: sus ojos, que hasta ese momento habían estado conectados, se cierran. ¿Por qué razón besamos con los ojos cerrados?

Es algo que nos ocurre a todos y tiene una explicación científica tan sencilla como lógica: todos nuestros sentidos quieren concentrarse en el beso y nada más.

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Según un estudio de la Universidad de Londres, los estímulos visuales hacen que el cerebro esté más pendiente de lo que ve que de lo que siente.

Por eso, al besar con los ojos cerrados “tenemos más capacidad para centrarnos en los otros aspectos de la experiencia que no son el visual”, dice Polly Dalton, una de las investigadoras.

Con los ojos cerrados, la sensación del beso es mucho más intensa. Tus sentidos se despreocupan de la parte visual y puedes notar más y mejor todo lo que ese beso te está provocando. Te dejas llevar más y la experiencia es más potente. ¿Estás de acuerdo?

El beso perfecto

Existen tantos besos como personas, momentos y situaciones, pero algunos son sencillamente perfectos y permanecen para siempre en nuestros recuerdos. ¿Cuál es el secreto?

La investigadora de la Universidad de Texas Sheril Kirshenbaum dice que a la hora de besar, no hay reglas, pero te da algunos tips en su libro ‘La ciencia del beso’.
1.La compenetración con tu pareja es clave. Entre mejor conozcan los gustos del otro, el beso será mejor.
2.Si no tienes mucha experiencia, no te preocupes. Entre más practiques, más aprenderás. Sólo tienes que elegir un buen momento y estar lo más relajado posible.
3.No te olvides del cepillo de dientes. Un beso es mejor si nos deja con buen sabor y ganas de repetir.

El 90% de las personas recuerda perfectamente su primer beso. ¿Y tú?

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