avion_blancoFoto Archivo

 

 

Una premisa para vender más es la diferenciación. Cuando tu servicio es tan estandarizado como el de trasladar viajeros de un lugar a otro, te quedan pocas alternativas: ofrecer precios bajos (como las aerolíneas low cost), un servicio excelente, dejar más espacios entre los asientos (como ha hecho Ibería con su clase turista premium) y recurrir al siempre socorrido marketing.
Un buen branding y una identidad visual sólida y reconocible suelen ser muchas veces los recursos que emplean muchas aerolíneas para diferenciarse de sus competidoras (sobre todo si se mueven en el mismo segmento). Hasta las azafatas van vestidas acorde a unos colores y una estética que identifica a la marca. Entonces, ¿por qué todos los aviones parecen iguales?

A excepción de algunos modelos, que se pintan para ocasiones especiales y algún detalle de color en la cola o en las alas, casi todas las naves son blancas. Si no fuera por el logotipo de la compañía, parecería que todos los aviones pertenecen a la misma compañía. Esta pregunta se la ha hecho un usuario en Quora y ha despertado bastante interés entre la comunidad, a juzgar por la cantidad de aportaciones y respuestas que ha recibido, por parte de pilotos y expertos en aviación.
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Los aviones no son blancos de fábrica, sino que los materiales con los que están fabricados hacen que prevalezcan los tonos metalizados. Según el responsable de la empresa Mankiewicz en España, que fabrica la pintura para las aeronaves de Iberia, Vueling, Easyjet y Air Europa, ni Airbus ni Boeing exigen que las pinten de blanco.

Más económica y efectiva
La explicación hay que buscarla, en primer lugar, en el factor económico (el que mueve la mayoría de decisiones en las empresas). Pintar un avión cuesta entre 50.000 y 200.000 dólares, por no hablar del tiempo que se tarda en hacerlo. Cuantos más colores se utilicen, más se encarece el proceso, explican desde Technical for web, y además más peso se añade al avión. De ahí que las aerolíneas pongan tanto interés en comprar pinturas ligeras, para que no sumen gramos a la nave y así consuma menos combustible.

Además, el blanco es uno de los colores más visibles, ya no tanto desde el cielo, sino si se produce un accidente y hay que localizar los restos de la nave. Y refleja la luz del sol, evitando que el avión se recaliente y no tenga que consumir más aire acondicionado para estabilizar la temperatura interior.
Más razones: muchos componentes de los aviones están hechos con fibra de carbono o fibra de vidrio, materiales que se desgastan mucho con la radiación solar y la pintura blanca los protege mejor. Además es un color que resiste más el paso del tiempo; aunque también hay que repasar la pintura varias veces a lo largo de su vida, si se escogiera un tono oscuro, habría que repetir la operación mucho más a menudo.
Si una aerolínea quisiera revender un avión con muchos colores (algo que ocurre a menudo en esta industria) tendría que hacerlo por un precio más bajo para tener posibilidades de deshacerse de él, ya que obligaría a la nueva propietaria a pintarlo de nuevo, con el coste que supone.

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