Ricardo Vicens

Foto Archivo

 

Ante el escándalo que un medio de comunicación digital (NotiCel) ha destapado hoy basado en una demanda por hostigamiento sexual en el Municipio de Guaynabo, el presidente del Partido Popular Democrático (PPD) en Guaynabo y candidato a alcalde, Ricardo ‘Richie’ Vicéns Salgado, exigió al alcalde Héctor O’Neill que se exprese ante una situación tan grave y seria, «tan parecida al caso de Angel ‘Wiso’ Malavé en Cidra».

 

«El caso que se ha presentado ente el Tribunal Federal implica al hijo del alcalde, de nombre Héctor O’Neill Rosa, quien se alega campea por su respeto en las instalaciones del Municipio hostigando mujeres. La demandante es licenciada Inés María Jelú Iravedra, quien llegó a ser Abogada III en la División Legal del Municipio de Guaynabo y quien denuncia que, desde que llegó a trabajar al Municipio en el año 2012 hasta y hasta que salió en el año 2015, Héctor O’Neill Rosa la sometió a un patrón de hostigamiento que incluyó acercamientos físicos no deseados, exposiciones deshonestas con sus genitales en una oficina municipal, agresiones sexuales mediante tocarle las partes íntimas y llamadas y mensajes de textos insistentes y de naturaleza sexual, según reza la demanda sometida en el Tribunal Federal».

 

«Aquí lo que se evidencia es el patrón de arrogancia y atropello de una camarilla que se ha entronizado en el Municipio de Guaynabo y manejan la administración como una finca privada donde muchos saben lo que pasa pero callan ante la amenaza de represalias. Si esta situación es falsa, pues que desmientan a la demandante, pero si es cierto, el Alcalde debe explicarle a los residentes de Guaynabo cómo es que pasan estas cosas bajo su supervisión, en un patrón que nos recuerda el caso del convicto exacalde de Cidra. Reza la demanda que la alcaldesa interina de Guaynabo, Aurealis Lozada, sabía de todos los abusos sexuales y no tomó acción alguna, lo que es ilegal», aseguró Vicens.

 

La demanda especifica que ante el patrón de hostigamiento y amenazas, a la mujer denunciante la despidieron. En la demanda se especifica además que los actos de O’Neill Rosa no sólo ocurrieron en las oficinas municipales, sino que se alega que acechó a la mujer en su casa, el salón de belleza que frecuentaba y en actividades políticas del Partido Nuevo Progresista. La licenciada Jelú alega que O’Neill Rosa estaba «siguiendo el ejemplo de su padre. Al tiempo en que ocurrieron los actos de hostigamiento sexual detallados anteriormente, la política no escrita en el municipio era que era aceptable que el alcalde O’Neill García y su hijo O’Neill Rosa tuvieran relaciones sexuales con empleadas mujeres», dice el documento. «Más aún, las empleadas mujeres que se involucraban en relaciones sexuales con ellos eran tratadas favorablemente y se les daban mejores condiciones de empleo, oportunidades, ascensos y beneficios que las que no lo hacían. De hecho, el alcalde O’Neill García fomentaba este tipo de conducta mediante tener relaciones íntimas con varias subordinadas, y mediante tratarlas más favorablemente y darle mejores oportunidades de empleo que a otras empleadas mujeres», añade.

 

La demandante indica que se quejó del hostigamiento con sus supervisores, a los que identificó como Héctor Hoyos, Ana Quintero y Denise Rodríguez, así como con el jefe de Recursos Humanos, Eduardo Faría, sin que tomara acción alguna. Específicamente sobre Hoyos, director de Recursos Humanos, se dice que le comentó a la demandante que se quedara callada «porque la gente que trabajaba en el municipio había llegado por relaciones con el Alcalde o con su hijo y que si él fuera mujer también saldría con ellos», dice el documento.

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