•El clitorial. La estimulación directa del clítoris provoca sensaciones “puntiagudas, explosivas, de corta duración” (NeuroQuantology). La masturbación es una de las maneras más viables para conocerte, ayudando a alcanzar este orgasmo durante el sexo.
•El vaginal o el del punto G. Los orgasmos vaginales se logran más durante el acto sexual que de estimulación clitorial. Sucede a lo largo del cuero y con mayor duración. El objetivo es estimular el punto G –paredes vaginales–.
•El orgasmo de expansión, que ocurre como el resultado de la fusión entre el orgasmo clitorial y el vaginal. Puede tener un alcance de entre uno y 15 minutos, terminando en un orgasmo gigante –término médico para describir este tipo de orgasmo–. Para conseguirlo, es importante conseguir la posición o la manera para estimular ambas áreas.
•El orgasmo generado por el ejercicio. Es menos intenso pero placentero. Es indispensable subir el ritmo cardiaco para alcanzar un orgasmo descrito como “inducido por el ejercicio”. Después del cardio, el trabajar abdomen o piernas puede inducirte a un gran O.
•El orgasmo por la piel. Se consigue escuchando canciones o piezas de música. Esto se le conoce como frissons, efectos inducidos por la música asociados con una sensación vibrante positiva.
