El ex presidente del Centro Unido de Detallistas de Puerto Rico y experto por más de cuarenta años en el mercado de hidrocarburos, licenciado Carlos Declet Jiménez denunció una anomalía en los procesos para establecer los precios del gas propano en Puerto Rico.

«El mercado de referencia comparable con Puerto Rico es la costa este de Estados Unidos. Allí fluctúan los precios al detal (retail) entregado en camiones tanques «bobtail» en alrededor de los $3.00 dólares el galón, llegando hasta los $3.80 dólares por galón, según muestra tomada en consumidores del Norte del Estado de New York. En el Estado de la Florida los precios pueden fluctuar hasta $4.70 por galón. Entonces vale la pena preguntarse la razón exclusiva de esta situación anómala. En la isla de Puerto Rico la situación es más complicada, hay que considerar los agravantes de transportación marítima y los altos costos de almacenamiento», señaló licenciado Carlos Declet Jiménez.

El también miembro de la Coalición de Distribuidores Independientes de Gas Licuado de Puerto Rico (CODIGAS), dejó entrever su preocupación en relación a la «distorsión del mercado» creado por la entrada de una compañía que ha pretendido convencer y forzar el mercado de gas licuado, hasta el punto que se ha creado un «desestabilización de precios», que a la larga afectará a los consumidores y aumentará la crisis de la economía local.

«La aparición de ofertas temporeras con precios por debajo del costo para atrapar a los consumidores y así desplazar a los miles de empleados que trabajan en la distribución de este combustible en la isla, nos hace pensar que hay que tomar cartas en el asunto. Llamemos las cosas por su nombre y apellido, en los últimos tres años hemos venido denunciado este «modus operandi», en que opera la Compañía Puma-Trafigura, cuyas actuaciones han sido investigadas y sancionadas por los Tribunales de Justicia de algunos países que ellos operan. Miembros de nuestra industria del gas licuado han denunciado todo esto ante las autoridades y el Gobierno de Puerto Rico, reclamando que este es un patrón similar practicado ya en Centroamérica, y Sur América, así como en el Caribe y ahora en Puerto Rico, cuya ejecución está prohibida por leyes estatales y federales», explicó el ex presidente del Centro Unido de Detallistas.

El líder de los industriales del gas licuado en la isla dijo que se están anunciando unas ofertas con precios distorsionados para acaparar el mayor número de consumidores de manera forzosa con la única intención de sacar del mercado a las empresas nativas.

En esta «distorsión de precios», Puerto Rico tiene el agravante del impuesto de la conocida «Crudita» de $0.36 centavos por galón y otros tantos del transporte marítimo, pudiendo incrementar el precio comparativo, en unos $0.45 centavos del precio en Estados Unidos. Así que tomando las referencias constatables fácilmente de estos mercados, podemos concluir que el mercado local de gas propano, está «devaluado o deprimido» en unos $1.50 aproximadamente. Esta forma única de establecer precios de manera artificial, permite la oferta del producto por debajo del precio de venta al detal (retail) que se refleja en la costa este de Estados Unidos. Se ha visto que el producto en algunos casos se está ofreciendo marginalmente al costo, rondando los $2.00 más o menos, y sacrificando márgenes promedios aceptados generalmente para esta operación de $1 un dólar a $1.50 como ocurre en los mercados comparables por los cuales se rige la industria.

«Hay que tomar en consideración que esta es una industria que requiere una alta inversión para transportar y entregar el producto, cuyas operaciones tienen altos costos de mantenimiento en tanques en las felicidades de almacenamiento, en los camiones, las pólizas de seguros y el personal especializado, que lo diferencia a otros mercados. Debido a esta seria controversia y «anomalía del mercado» se ha sugerido la intervención y controles de precios, por DACO (Departamento de Asuntos del Consumidor). Si esto se logra, se asegura que en cualquier cómputo de precios sea obligatorio la consideración de todos los factores que afectan la disponibilidad, transportación y distribución en la venta de gas licuado, y así eliminamos la práctica de un «mercado deprimido» de manera artificial, que rige hoy día la venta de este combustible.

Es necesario que se estudie la posibilidad para que un panel provea asesoramiento a DACO en esta materia, pues en estos casos no funciona el «libre mercado», por lo que tiene que ser regulado para prevenir las prácticas de «Control Monopolístico» que se está dando en la oscuridad y que amenaza seriamente desplazar el mercado local, a los miles de empleados y la posible desaparición de las plantas embotelladoras locales. La industria del gas licuado en Puerto Rico ha sobrevivido a muchos intentos monopolísticos, sin embargo, hay seria preocupación por la presencia de cabilderos que día a día trabajan para forzar a los distribuidores locales a cerrar sus negocios para darle paso a compañías extranjeras, que dentro de un tiempo alzarán los precios a su propia conveniencia, sin tomar en cuenta la realidad y necesidades del consumidor», terminó el licenciado Carlos Declet Jiménez, quien por los últimos 40 años ha dedicado su tiempo a evaluar el mercado del gas licuado.

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