En el día de ayer, ocurrió una situación sumamente crítica relacionada con los servidores ubicados en el Edificio Stefani de nuestro Recinto. La temperatura en el salón en donde ubican los mismos aumentó de forma considerable y las personas que desde hace varias semanas bloquean los portones del RUM impidieron el acceso al personal técnico. La administración no tuvo acceso a los mismos durante horas para poder verificar, corregir y/o mitigar daños a los mismos.
Estos servidores brindan servicio a por lo menos dos proyectos de investigación de envergadura del Colegio de Ingeniería. Uno de estos proyectos es el Centro para el Avance de Tecnologías Usables (CaWT), subvencionado por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF) y su programa EPSCoR. El segundo proyecto es el del Sistema Caribeño de Observación Costera Oceánica, CariCooS, subvencionado por la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica (NOAA).
Para el proyecto del CaWT, algunas de las posibles repercusiones que esta situación podría tener incluyen la potencial pérdida en la inversión en un equipo valorado en $500,000 del cluster Voyager, adquirido con fondos de la NSF para realizar investigación en AI, Big Data y Data Science. Asimismo, ocasionaría el retraso o incumplimiento con la NSF en la ejecución y manejo de proyectos que dependen de infraestructura para la cual no se cuenta con acceso.
Por otro lado, en cuanto al proyecto CariCoos, la situación de la salida de los servidores limita la manera en que operan importantes modelos numéricos de oleaje que pueden perjudicar la seguridad de los ciudadanos de la isla y el Caribe. Igualmente, se ha visto comprometido el progreso de las tesis doctorales de estudiantes que dependen del acceso a servidores de computación en paralelo, lo cual puede poner en peligro actuales y futuros proyectos de fondos federales.
Al momento, los servidores en cuestión están apagados. Luego de largas horas de negociación con el Consejo General de Estudiantes (CGE) y las personas que obstruyen la entrada al Recinto, se permitió la entrada a un perito, quien determinó que hubo una falla en los acondicionadores de aire. Al no permitirse el acceso del personal correspondiente, los servidores continúan apagados, no han podido ser verificados y los proyectos que se nutren de la información que allí se almacena continúan en riesgo lo que, a su vez, afecta a la ciudadanía y podría traducirse en pérdidas millonarias.
Esta situación no puede repetirse, la propiedad pública que ubica dentro del Recinto es patrimonio de Puerto Rico. Además, lo ocurrido pudo haber provocado un incendio, y, por ende, una amenaza a las vidas de colegiales y a la propiedad mueble e inmueble del campus universitario. La Administración siempre ha estado disponible para dialogar con los estudiantes y se han cursado varias invitaciones para ello. En este momento, es necesario que quienes obstruyen la entrada al RUM permitan que todo el personal necesario para atender esta situación de emergencia entre al Recinto y corrija la misma de inmediato.
Lamentablemente, nos vemos en la obligación de notificar estos incidentes a las agencias federales y locales, cuyos fondos subvencionan los proyectos afectados, y también a otras instituciones universitarias que son socios en los proyectos afectados, de manera que tengan conocimiento de los mismos.