Seguro que después de haber comido muchas personas notan cómo su estómago se hincha repentinamente, sienten un dolor abdominal agudo e incluso padecen acidez o náuseas, obligándoles a soportar la penitencia de dichos síntomas durante varias horas. Estos son propios de la indigestión o dispepsia, uno de los trastornos más habituales en los países desarrollados. ¿Por qué se produce? Según la Asociación Española de Gastroenterología, «algunas veces los síntomas se producen después de una comida excesiva o muy condimentada, otras por consumir café, alcohol o tabaco, y otras por tomar ciertos medicamentos que lesionan la mucosa gástrica, como la aspirina o los antiinflamatorios. En ocasiones, la dispepsia se produce cuando existen algunos problemas psicológicos». No obstante, «en la gran mayoría de las personas con dispepsia no se encuentra una causa clara que explique el porqué de estas molestias y entonces se le llama dispepsia funcional”.

Afortunadamente, la mayor parte de estos problemas pueden solucionarse modificando la dieta y los hábitos alimenticios, ya que la digestión comienza por la boca; es decir, con lo que comemos. Hay un viejo refrán que dice: «Hay que beberse la comida y masticar el agua», nada más ilustrativo para hacernos comprender la importancia que tiene masticar adecuadamente los alimentos para una óptima digestión. Además, conviene hacerlo sin prisas, sentados, sin distracciones y en cantidades adecuadas.

Es aconsejable elegir alimentos digestivos y consumir, en primer lugar, los más proteicos

A la hora de elegir los alimentos, el criterio no debe basarse únicamente en aquellos con mayor patrimonio nutricional, aunque estos ocupan un puesto privilegiado, sino también en los que nuestro organismo es capaz de digerir correctamente. Muchos nutricionistas dan importancia al orden de la ingesta, poniendo en primer lugar los alimentos proteicos, puesto que estimulan la secreción ácida necesaria para digerir el resto de ingredientes. Bajo esta premisa, ¿qué alimentos son grandes aliados de los procesos digestivos?

Espárragos

Verdes o blancos; al vapor, al horno o salteados, los espárragos son uno de los vegetales más recurrentes en nuestra gastronomía y clave de la dieta mediterránea. Carecen de grasas y son hipocalóricos, pues tan solo aportan 20 kcal por cada 100 gramos de producto, lo que los convierte en sumamente digestibles. Además, contienen inulina, un polisacárido perteneciente a las fibras solubles que tiene efectos prebióticos, facilitando así la absorción de nutrientes y la digestión.

Seguro que después de haber comido muchas personas notan cómo su estómago se hincha repentinamente, sienten un dolor abdominal agudo e incluso padecen acidez o náuseas, obligándoles a soportar la penitencia de dichos síntomas durante varias horas. Estos son propios de la indigestión o dispepsia, uno de los trastornos más habituales en los países desarrollados. ¿Por qué se produce? Según la Asociación Española de Gastroenterología, «algunas veces los síntomas se producen después de una comida excesiva o muy condimentada, otras por consumir café, alcohol o tabaco, y otras por tomar ciertos medicamentos que lesionan la mucosa gástrica, como la aspirina o los antiinflamatorios. En ocasiones, la dispepsia se produce cuando existen algunos problemas psicológicos». No obstante, «en la gran mayoría de las personas con dispepsia no se encuentra una causa clara que explique el porqué de estas molestias y entonces se le llama dispepsia funcional”.

Afortunadamente, la mayor parte de estos problemas pueden solucionarse modificando la dieta y los hábitos alimenticios, ya que la digestión comienza por la boca; es decir, con lo que comemos. Hay un viejo refrán que dice: «Hay que beberse la comida y masticar el agua», nada más ilustrativo para hacernos comprender la importancia que tiene masticar adecuadamente los alimentos para una óptima digestión. Además, conviene hacerlo sin prisas, sentados, sin distracciones y en cantidades adecuadas.

Es aconsejable elegir alimentos digestivos y consumir, en primer lugar, los más proteicos

A la hora de elegir los alimentos, el criterio no debe basarse únicamente en aquellos con mayor patrimonio nutricional, aunque estos ocupan un puesto privilegiado, sino también en los que nuestro organismo es capaz de digerir correctamente. Muchos nutricionistas dan importancia al orden de la ingesta, poniendo en primer lugar los alimentos proteicos, puesto que estimulan la secreción ácida necesaria para digerir el resto de ingredientes. Bajo esta premisa, ¿qué alimentos son grandes aliados de los procesos digestivos?

Espárragos

Verdes o blancos; al vapor, al horno o salteados, los espárragos son uno de los vegetales más recurrentes en nuestra gastronomía y clave de la dieta mediterránea. Carecen de grasas y son hipocalóricos, pues tan solo aportan 20 kcal por cada 100 gramos de producto, lo que los convierte en sumamente digestibles. Además, contienen inulina, un polisacárido perteneciente a las fibras solubles que tiene efectos prebióticos, facilitando así la absorción de nutrientes y la digestión.

Jengibre.

Esta raíz, que se usa en la cocina tradicional asiática desde tiempos inmemoriales, tiene efectos carminativos o, lo que es lo mismo, disminuye la creación de gases y los cólicos. También es antiemética, es decir, previene el vómito. Así ha quedado demostrado en numerosos estudios, como el publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Este concluye que el jengibre «es beneficioso para las náuseas y los vómitos, sobre todo los postoperatorios». Sin olvidarnos que estimula las enzimas del páncreas, que se encargan de facilitar el proceso digestivo, siendo un excelente aliado de la salud gastrointestinal.

Berros, canónigos, rúcula y espinacas baby

Estos vegetales de hoja verde proporcionan un gusto amargo que estimula los jugos digestivos que se encargan de propiciar la correcta absorción de los alimentos. Además, tienen un alto contenido de agua, lo que los hace más digestivos, potenciando además la diuresis o secreción de orina.

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