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Asombrados y molestos están los padres con estudiantes de la Escuela Emiliano Figueroa (PreK a 5) localizada en el sector Piñones del Barrio Torrecilla Baja de Loíza, al enterarse que el Departamento de Educación (DE) determinó cerrar dicha escuela, sin informar a los padres.

«Nos enteramos porque se comentó en las redes sociales, no hemos tenido aviso alguno del personal de la escuela», declaró Anne Rivera, una de las madres afectadas. «La directora María Escalera nunca se comunicó con nosotros. Luego de las vacaciones navideñas nos enteramos que habría que llevar a los estudiantes a la Escuela Celso González, que está a media hora de distancia, para los que tengan carro», añadió Rivera.

«Si esto se hubiera comunicado antes, pero esto se decidió a última hora, sin tiempo suficiente, esto es injusto», añadió Patricia O’Farrill, quien tiene dos niños, uno de 6 años y otro de 7 años, participante del Programa de Educación Especial. «La situación se agrava por el problema de las marejadas que afectan la zona de Torrecillas y Vacía Talega, que en ocasiones evitan el tránsito en la PR-187. «Es la naruraleza, que tiene sus épocas de marejadas que comienzan precisamente el Día de los Muertos y hasta casi Semana Santa, eso lo sabe todo el mundo».

El problema de la distancia es un agravante, porque en Torrecillas las residencias están dispersas «y aunque el servicio que están ofreciendo es que habría transportación desde la escuela actual a la propuesta, pero a las 6:45 de la mañana. Yo tendría que levantarme a las 4:00 de la mañana para preparar todo llegar allí. Eso es abusivo para los niños pequeños», Daisy Calderón, residente en Torrecillas. «Nos ofrecen que mandemos los menores en la guagua de la AMA, pero todo el mundo sabe que el servicio no es puntual», añadió Olga Santos, residente en Piñones.

La escuela Emiliano Figueroa tiene una matrícula aproximada de 100 estudiantes y tenía proyectado un plan para ofrecer clases de bomba por las tardes, después de las 3:00 de la tarde. «Esa escuela la dejaron deteriorarse con el paso del tiempo, para ahora venir a decirnos que no sirve, que las condiciones no son las adecuadas», añadió María Clemente, con nietos en dicha escuela. La Escuela Emiliano Figueroa fue una de las primeras escuelas acreditadas en todo Puerto Rico. Por su parte, la alcaldesa Julia Nazario Fuentes, quien recibió a un grupo de padres en la mañana de hoy, respaldó los reclamos, argumentando los problemas de distancia y transportación entre la escuela actual y la propuesta. «Hay que sentarse a hablar y poner esto en perspectiva, como educadora de toda la vida conozco y entiendo los procesos, pero hay que ejercer el principio de que nuestros niños tienen la prioridad»

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