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«Tal parece que la Comisión Estatal de Elecciones está manga por hombro», expresó evidentemente molesto el Presidente de la Comisión de Gobierno de la Cámara de Representantes, José «Conny» Varela. Sus expresiones surgieron en torno a la información que trascendió públicamente sobre los serios inconvenientes que enfrenta el proyecto de escrutinio electrónico en la Comisión Estatal de Elecciones.
«La Asamblea Legislativa actuó diligente y responsablemente cuando aprobó legislación para implementar en Puerto Rico un sistema de escrutinio electrónico que nos colocara a la altura de los tiempos. Sin embargo, le corresponde a la Comisión Estatal de Elecciones aprobar reglamentación, adquirir los equipos y materiales necesarios a tiempo y poner en vigor el sistema de forma tal que esté operando para la fecha de las primarias de junio. Lo que ha trascendido públicamente es que la Comisión no ha cumplido con su deber y que entre la Presidenta y los Comisionados hay una especie de juego de papa caliente que sólo deja claro que nos acercamos cada día más a un incumplimiento con el mandato de ley sin que nadie quiera asumir la responsabilidad o la diligencia necesaria», acentuó Varela.
Según el legislador por Caguas, la Asamblea Legislativa espera desde enero de 2015 que la Comisión Estatal de Elecciones radique el Plan Integrado para la Implementación del Sistema de Escrutinio Electrónico, conforme lo exige la resolución conjunta aprobada para autorizar la implementación del escrutinio electrónico. «Tal parece que el plan está transitando como un tren en círculos entre las oficinas de la Presidenta y de los Comisionados. Lo que más me impresiona es que cada vez se hace más evidente que la Comisión lleva años trabajando como si fuera un feudo aparte del resto del Gobierno del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Ya son varias las instancias en que actúa con menosprecio de lo que manda la ley, como si no tuvieran que rendirle cuentas al pueblo, y a la Legislatura. Me parece que ya hemos llegado a un punto extremo en que va a ser indispensable exigir a la Comisión medidas más extremas de rendimiento de cuentas y transparencia. La Comisión no puede seguir actuando como un reino de privilegiados», sentenció Varela.