Nunca se debe dejar llorar a un bebé, pase lo que pase. Cuando un bebé llora es porque te está comunicando algo, tiene una necesidad en concreto que debes averiguar para poder satisfacer. Los bebés para que se desarrollen adecuadamente necesitarán sentirse seguros, protegidos y amados. Si les dejas llorar no tendrán ninguna de estas cosas y las consecuencias pueden ser terribles para su desarrollo.
Si alguien -aunque sea bien intencionado- te dice que dejes llorar a tu bebé, simplemente no le hagas caso. Los bebés te necesitan, necesitan tu calor, tu cariño y la seguridad física y emocional que les ofreces diariamente.
Dejar llorar a un bebé va en contra de tu instinto
Dejar llorar a un bebé va en contra del instinto maternal… y con una buena razón. Tu bebé no está llorando para manipularte o para que no duermas, tampoco quiere ponerte nervioso/a o hacerte sentir mal. Tu bebé cuando llora es porque te quiere informar sobre tus deseos y tus necesidades. Es la única forma en la que tu bebé puede comunicarte que tiene una necesidad que debes satisfacer.
No confiará en ti
Cuando muestras una negativa a responder sus necesidades, no estarás enseñando a tu bebé a ser independiente, le estarás enseñando a que no puede confiar en ti para satisfacer sus necesidades y que no eres capaz de cuidarle. Además, dejar a tu bebé llorar se sentirá obligado a dormir solo, a dormirse llorando o a no dormir ?aunque no llore-, pueden perder la oportunidad de comer bien porque piensan que llorar no sirve de nada, no tendrán una buena estimulación porque no confiarán en su alrededor…
Gastará demasiada energía
Si dejas llorar a tu bebé con el fin de cumplir una rutina estricta para que ‘aprenda a no llorar’ cuando por ejemplo el bebé necesita amor o quizá tenga hambre, es lo mismo que si un adulto hace ejercicio extremo y le prohíben comer. El resultado es un gasto de energía a través del llanto que además al no comer, perderá peso y tendrá un retraso en su desarrollo. ¿Eso quieres para tu bebé por dejarle llorar?
Aumentarán sus niveles de estrés
Por si fuera poco, dejar llorar a tu bebé puede evocar a tener respuestas fisiológicas que aumenten las hormonas del estrés. Los bebés que lloran experimentan un aumento de frecuencia cardíaca, aumentan la temperatura corporal y la presión arterial. Estas reacciones son propensas a provocar un malestar general que incluso provoquen vómitos debidos a una dificultad extrema, algo que sin duda puede causar un riesgo potencial de muerte súbita en lactantes.
Puede desarrollar trastornos emocionales a largo plazo
También puede presentar efectos emocionales a largo plazo. Hay estudios y pruebas convincentes de que el aumento de los niveles de hormonas del estrés puede causar cambios permanentes en las respuestas de estrés del cerebro cuando están en desarrollo. Estos cambios afectan a la memoria, la atención y las emociones, pueden desencadenar en una respuesta elevada al estrés durante toda la vida, incluyendo una predisposición a la ansiedad y a los trastornos depresivos futuros.
Dejar que un bebé llore puede parecer buena idea para que se consuele o para que aprenda a dormir solo, pero las consecuencias es que estarás creando a un niño con ansiedad, con miedos, o peor aún… un niño cuya confianza se ha roto por completo. Normalmente cuando los seres humanos se sienten amenazados nuestro cuerpo se inunda de hormonas de estrés y nos hace entrar en modo de ‘lucha’ o ‘huida’. Sin embargo, los bebés no pueden luchar ni tampoco huir, sólo pueden llorar.
Cuando se ignoran sus llantos puede provocarle una congelación de sentimientos y sentirse derrotado, por lo que abandonan su llanto y apagan el dolor emocional porque saben que su esfuerzo no merecerá la pena. Todo esto generará una enseñanza muy cruel a los bebés: la horrible indefensión aprendida.