Las secuelas de una ruptura pueden ser devastadoras. La mayoría de las personas salen intactas, pero las investigaciones demostraron que el final de una relación romántica puede llevar al insomnio, a pensamientos poco felices e incluso, a una función inmune reducida. Mientras se está terminando con alguien, incluso las personas más motivadas pueden tener dificultades para determinar la mejor forma de seguir adelante con sus vidas.

En un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology: General, un grupo de investigadores probaron una variedad de estrategias cognitivas y encontraron una que funcionó mejor para ayudar a las personas a superar una ruptura.

Los científicos reunieron a un grupo de 24 personas de entre 20 y 37 años que tenían el “corazón roto”. Los participantes habían tenido relaciones que duraron un promedio de 2 años y medio. Algunos habían sido dejados, otros habían terminado su relación, pero todos estaban confundidos por eso, y la mayoría todavía amaba a sus ex. En una serie de pautas, fueron entrenados usando tres estrategias cognitivas destinadas a ayudarlos a avanzar.

La primera estrategia fue evaluar negativamente a su ex. A la persona se le pidió reflexionar sobre los aspectos desfavorables de su amante, como un hábito particularmente molesto. Al destacar los rasgos negativos del ex, la idea es que el golpe se suavizará.

En la segunda parte de la investigación, llamada reevaluación del amor, se les dijo a las personas que incorporaran declaraciones tales como: “Está bien amar a alguien con quien ya no estoy”. En lugar de luchar contra lo que sienten, se les dijo que aceptaran sus sentimientos de amor como algo perfectamente normal, libre de prejuicios.

La tercera estrategia fue la distracción: pensar en cosas positivas sin relación con el ex, como una comida favorita. Del mismo modo que distraerse puede ayudar a reducir los antojos, también puede ayudar a una persona a superar los pensamientos persistentes que acompañan a una ruptura.

Después de ese proceso, los investigadores mostraron a todos una foto de su ex, algo que todos vivimos en la era de las redes sociales. Midieron la intensidad de la emoción en respuesta a la foto usando electrodos colocados en la cabeza. La lectura de EEG del potencial positivo tardío (LPP) es una medida no solo de la emoción, sino de la atención motivada, o en qué medida la fotografía cautiva a la persona. Además, los investigadores midieron lo positivo o negativo que las personas se sentían y cuánto amor sentían por el ex usando una escala y un cuestionario.

De acuerdo con las lecturas de EEG, las tres estrategias disminuyeron significativamente la respuesta emocional de las personas a las fotos en relación con sus respuestas en las pruebas de control, que no usaron indicaciones. Sin embargo, solo las personas que miraron negativamente a su amante también tuvieron una disminución en los sentimientos de amor hacia su ex. Pero estas personas también informaron estar de peor humor que cuando comenzaron, sugiriendo que estos pensamientos negativos, aunque útiles para seguir adelante, pueden ser angustiantes en el corto plazo.

La distracción, por otro lado, hizo que las personas se sintieran mejor en general, pero no tuvo ningún efecto sobre cuánto aún amaban a su expareja. “La distracción es una forma de evitación, que se ha demostrado que reduce la recuperación de una ruptura”, dijo a Time Sandra Langeslag, coautora del estudio, directora del Laboratorio de Neurocognición de Emoción y Motivación de la Universidad de Missouri-St. Louis. Es por eso que la estrategia debería usarse con moderación para impulsar el estado de ánimo en el corto plazo.

Los autores clasifican el amor hacia otra persona como una motivación aprendida, similar a la sed o al hambre, que empuja a la persona hacia su compañero en el pensamiento y en el comportamiento. Eso a su vez puede provocar diferentes emociones basadas en la situación. Cuando el amor es recíproco, uno puede sentir alegría o, en el caso de una ruptura, los sentimientos de amor persistentes se asocian con la tristeza y la dificultad para recuperar un sentido independiente de sí mismo.

Clasificar el amor como una motivación es controvertido en el campo; otros expertos creen que el amor es una emoción, como la ira, o un hábito, como andar en bicicleta. Sin embargo, la resistencia de los sentimientos de amor (que duran mucho más que un ataque típico de ira o alegría), la complejidad de estos sentimientos (tanto positivos como negativos) y la intensidad de la relación, todo indica una motivación, escriben los autores.

Para superar una ruptura, las personas desconsoladas cambian su forma de pensar, lo que lleva tiempo. Del mismo modo que puede ser difícil combatir otras motivaciones como los antojos de comida o drogas, “la regulación del amor no funciona como un interruptor de encendido / apagado”, dice Langeslag. “Para hacer un cambio duradero, probablemente tendrás que regular tus sentimientos de amor todos los días porque los efectos probablemente desaparecerán en poco tiempo”.

Escribir una lista de cosas negativas sobre tu ex hasta sentirte mejor puede ser eficaz, dice. Aunque este ejercicio tiende a hacer que la gente se sienta peor, Langeslag explicó que este efecto desaparece. Los hallazgos son particularmente relevantes en la era de las redes sociales, cuando las fotos de los ex y los dolores resultantes de amor pueden aparecer con frecuencia. “Las tres estrategias pueden hacer que sea más fácil para las personas lidiar con encuentros y recordatorios de la expareja en la vida real y en las redes sociales”, dijo Langeslag.

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