Tener dinero siempre disponible es una de las ventajas que han traído los cajeros automáticos, desde que llegaron a formar parte de las opciones de servicios financieros de los bancos en el país.
Debido al uso tan cotidiano que se hace de ellos, es común que se piense que no se requiere tomar precauciones o algunas medidas de seguridad.
La realidad es que a través de los cajeros automáticos se pueden realizar muchos fraudes, así que no está de más que tomes en cuenta algunas acciones al utilizarlos.
Más vale:
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) te recomienda:
Chécalos. Pareciera que todos son iguales, pero no es así. Nadie mejor que tú, que los usas, sabes cómo son, así que en caso de detectar alguna anomalía reportarlo.
Ranuras. Siempre que llegues al cajero revisa que la ranura donde tengas que introducir la tarjeta no tenga objetos extraños. De igual forma por donde sale el dinero, sí detectas algo extraño, mejor no lo utilices.
Protege. Nunca pidas ayuda a extraños: hay defraudadores que sólo esperan el momento exacto, pueden ver tu NIP e intercambiar la tarjeta. Si tienes duda y hay alguien del banco, mejor acude a ellos.
Mucho ojo. Protege siempre tu número de identificación personal, nunca sabes quién esté observando y lo memorice.
Elige cajeros automáticos que estén dentro de centros comerciales o donde exista mayor tránsito de personas, así reducirás el riesgo de ser asaltado. Si es de noche y no es urgente, espera al otro día para retirar dinero.
Si requieres retirar efectivo con tu tarjeta de crédito en un cajero automático, debes verificar la comisión que te cobrarán por la disposición, que normalmente es entre el 5% al 10% del monto dispuesto, dependiendo del emisor de tu tarjeta.
Recuerda, además, que existe la comisión por el uso de cajeros automáticos que no son operados por la institución emisora de tu tarjeta, que puede variar dependiendo de la ubicación y el giro comercial en donde se encuentran instalados, por ejemplo, los ubicados en supermercados generalmente cobran una comisión mayor que los instalados en los bancos.