El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea firmar este miércoles la orden ejecutiva para impulsar la construcción del prometido muro de separación con México con el fin de frenar la entrada irregular de inmigrantes, uno de los grandes y controvertidos compromisos de su campaña.
La medida fue avanzada por la noche varios medios locales y el propio Trump la mencionó en su cuenta de Twitter: «Gran día planeado en Seguridad Nacional mañana. Entre otras cosas, ¡construiremos el muro!», dijo en su mensaje.
El republicano también sacará adelante varias órdenes ejecutivas que restringirán la inmigración procedente de Siria y otros seis países de Oriente Medio y África, según una información avanzada este martes por Reuters, citando a expertos en la materia que han sido informados de la iniciativa.
Tal y como el republicano prometió en campaña electoral, el nuevo Gobierno también frenará en seco la llegada de refugiados. En concreto, impulsará un decreto para evitar temporalmente la llegada de refugiados y otro que bloquee los visados para ciudadanos a Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, según señalaron las mismas fuentes bajo condición de anonimato.
La mano dura con la inmigración ha sido uno de los grandes lemas de la campaña trumpista, tanto en lo referente a los extranjeros que llegan a Estados Unidos buscando mejores oportunidades laborales en la economía más rica del planeta, como en lo relativo a aquellas personas que están huyendo de guerras.
Si en su primera declaración como candidato acusó a los mexicanos que cruzan la frontera de ser “violadores”, más adelante planteó la posibilidad de prohibir la entrada de musulmanes como medida de protección ante el terrorismo islámico.
El veto a una religión es contrario a la Constitución estadounidense, pero la Administración Trump esquiva este problema señalando a países concretos que consideran una amenaza.
Las restricciones sobre refugiados que están ahora sobre la mesa incluirán, probablemente, la prohibición de la entrada de refugiados durante varios meses, hasta que el departamento de Seguridad Interior pueda llevar a cabo un proceso de veto más riguroso, según Reuters.
Esta es una capacidad que tiene el presidente en virtud del interés general. El presidente estadounidense recibirá al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, el día 31 en la Casa Blanca.
El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, señaló que el departamento de Seguridad Interior se pondrá a trabajar en el proceso de veto una vez que el secretario de Estado, Rex Tillerson, esté ya instalado en su cargo.
Otras medidas pueden pasar por instar a las agencias implicadas a terminar sus trabajos en cuanto a los sistemas de identificación biométrica para los foráneos sin ciudadanía americana que entren o salgan del país y castigos severos para los inmigrantes que usen las ayudas públicas.