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Muchas personas consideran que las familias son solo aquellas parejas que tienen hijos, sin tomar en cuenta que incluso aquellos matrimonios que no tienen hijos también deben ser considerados como tal. Con hijos o sin ellos, una pareja que se ama y lucha por permanecer unida pese a los altos y bajos de la existencia, se ha ganado de sobra el título de familia. ¿Cómo fortalecer una familia de dos?

Cultivar una excelente comunicación. Estando el uno para el otro y asumiendo que la situación por momentos se puede tornar complicada, es preciso tener presente la importancia que tiene hablar de lo serio y no tan serio, de los problemas así como de lo que les ocurre en el día a día, teniendo siempre presente el afecto que se tienen entre ustedes. Hacer esto hará que tengan claro cuál es el camino a seguir.

No se alejen de sus familiares. Una familia no solo es papá, mamá e hijos; tu familia también la constituyen tus cuñados, suegros, sobrinos, primos, tus padres, hermanos, abuelos y muchos más. Ya que por alguna razón desconocida para los demás, ustedes no han tenido hijos, disfruten de pasar tiempo con la familia, estoy segura que descubrirán felicidad en el trato con todos sus seres amados.

Demuestren su afecto. Es muy importante hacerle saber al otro el amor que se le tiene, con mucha más frecuencia de los que creemos necesario. Hacer esto fortalecerá a la pareja y les permitirá sentir que en efecto están ahí el uno para el otro, que el amor que se prometieron un día es imperecedero y que no se ha deteriorado a pesar de las dificultades o los problemas que puedan enfrentar estando juntos.

Ejercítense juntos. Al ejercitar el cuerpo, el cerebro libera diferentes tipos de hormonas (serotonina, dopamina y endorfina) que ayudan a que una persona se sienta motivada, con ánimo y feliz. ¿Acaso no es agradable sentir todas esas emociones positivas juntas y al lado de la persona que amas?

Fortalézcanse espiritualmente. La base para toda felicidad conyugal radica en mantenerse fuerte espiritualmente. Oren juntos y si tienen alguna creencia religiosa procuren asistir juntos a la iglesia, lean pasajes inspiradores de la Biblia y compartan sus ideas al respecto. Verán que estas actividades les ayudarán a fortalecerse tanto en lo individual como en pareja.

Hay familias grandes y pequeñas, con o sin hijos, pero si algo tienen en común todas ellas es el afecto que los une a pesar de las duras jornadas de la vida.

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