La infidelidad ya no es un tabú. Los portales o apps que ponen en contacto a personas casadas o comprometidas que quieren echar una cana al aire están a la orden del día.
Y pese a que no se puede decir que esté bien visto y que la gente te vaya dando golpecitos en la espalda por engañar a tu pareja, es cierto que ya no está tan condenado socialmente como en épocas anteriores.
Y es que el amor hasta que la muerte nos separe fue ideado en una época en que la esperanza de vida hacía que la muerte nos separara antes. Las reglas del juego han cambiado y nos hemos propuesto averiguar una de las más importantes de este nuevo tablero: ¿qué es lo que puede ocasionar que tu chica te la pegue con otro?
Razón 1: falta de sexo
Estar a dos velas es la principal razón por la que las mujeres (y también los hombres) deciden pasear por camas ajenas. Según un informe del portal para infieles Ashley Madison, llamado The Global Sex Survey, la hambruna sexual provoca el 37,2% de las mujeres que buscan otros platos en los que comer.
Quizá piensas que estás a salvo, porque es tu chica la que no quiere, pero no bajes la guardia. La insatisfacción no tiene únicamente que ver con la cantidad.
Si el sexo se ha convertido en algo rutinario, puede que ella no tenga demasiadas ganas, pero ello no significa que no tenga ganas de una experiencia sexual diferente. ¿Es una utopía que una pareja que lleva mucho tiempo tenga calidad y cantidad sexual?
Ponle remedio
Uno rápido. Un “aquí te pillo, aquí te mato” de vez en cuando reaviva la pasión, hace que sienta que la deseas y rompe la rutina. Eso sí, también debes acompañarlo de sexo con más tiempo.
Escapada sexual. Elige un fin de semana en que estéis solos los dos y que tengáis mucho tiempo para dedicaros al sexo. Busca un hotel rural, en el que todo esté visto en unas horas y ¡a la habitación!
Razón 2: asuencia de piropos
La autoestima de la mayoría de las mujeres es más frágil que un jarrón chino en un parvulario. Y cuando tú no la potencias, corres el riego de que otros lo hagan. Ella quiere sentirse atractiva y deseada.
La excusa de todos los hombres que llevan un tiempo con sus parejas es: “¡Pero si ya sabe que me gusta, no tengo que repetírselo!”. Pues sí, nos tememos que lo has de hacer para que tu relación goce de buena salud y ella no busque piropos por otras latitudes.
Pero tampoco tienes que pasarte. Si estás todo el día diciéndole cosas bonitas, al final no les dará importancia y valorará más las que le digan otras personas. Encontrar ese equilibrio no es tarea fácil, pero aquí te daremos algunos trucos.
Ponle remedio
Escoge el momento. Cuando haya cualquier cambio (vestido nuevo, peinado diferente, cambio de tipo de maquillaje…). Es la forma que ella note que valoras sus esfuerzos y que no pasas de todo.
No seas tópico. Toma nota de unos cuantos. “¡Qué bien te sienta el verde!”, “¿qué tiene tu piel que me vuelve loco?”, “¿qué hago yo con un pibón como tú?”, “me quedaría mirándote horas”.
Razón 3: apalancamiento
No se puede generalizar, pero muchos hombres, cuando llevan cierto tiempo con su pareja, quieren tranquilidad: su cervecita en el sofá, sus fines de semana con alguna partidilla a la Play, no madrugar… Y muchas son las mujeres que tienen más pila, que buscan actividades, porque eso de quedarse con la mente en blanco no lo llevan nada bien.
Que ella te vea como un tipo apalancado hace que te valore menos y que busque la diversión que no le das fuera de casa. Sólo falta que se encuentre a un cretino movido, que se esfuerce más en acompañarla a todo porque la acaba de conocer, para que no puedas pasar por la puerta. Así que carga tu batería y despégate del sofá. Te lo pasarás mejor.
Ponle remedio
Planifica. Se trata de llegar a un equilibrio entre el dolce far niente y la actividad frenética. Pacta una actividad por fin de semana: desde una excursión a una cena con amigos y todos saldréis ganando.
Ten un objetivo. Las parejas funcionan cuando tienen una meta: hacer un viaje, buscar un piso, tener un hijo, hacer un curso… Compartir un objetivo es lo que más os unirá.
Razón 4: despecho
Muchos psicólogos aseguran que un hombre, para evitar ser infiel, simplemente debe no ponerse en una situación que le provoque una erección. Las mujeres, en cambio, se dan “permiso moral” y entonces son capaces de todo.
Por la razón que sea, deciden que el hombre con el que están no merece su fidelidad y ahí ya no hay vuelta atrás. ¿Por qué llegan a esa conclusión? La razón principal es que su pareja les haya sido infiel. “¿Ah, sí? ¡Se va a enterar!” es el mantra interior que se repetirá.
Pero también hay otras razones: desde que no se sienta valorada, hasta que te eche en cara una oportunidad a la que ha renunciado por ti o que tú no hayas cumplido las expectativas que ella esperaba. Está resentida. O lo arreglas o la cosa se va al garete.
Ponle remedio
Comunícate. Si le has sido infiel, deberás aguantar todas las preguntas que te haga. Si ves que es otra cosa, intenta saber qué es. Si hay mucho acritud entre vosotros, recurre a un psicólogo de parejas.
Recuérdale tu mejor cara. Tiene que dejarte de ver como un monstruo y acordarse del chico encantador del que se enamoró. Llévala a los lugares en los que os conocisteis o ten los detalles de entonces.