Bien lo dice su nombre, Desireé Rodríguez Zeno es activa, dinámica, firme y sobre todo, valiente. Venció los escollos que enfrentan las personas sordas, con su determinación, la misma que le guío para completar hoy su bachillerato con altos honores, en Ingeniería de Computadoras del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR).

La joven fue una de las integrantes de la clase graduada del Colegio de Ingeniería, que en esta centésima sexta colación de grados confirió un total de 441 nuevos bachilleratos en sus siete disciplinas académicas.

Su interés por el campo de la ingeniería le vino desde muy temprano, ya que desde pequeña le atraía todo lo relacionado con la construcción y las matemáticas. Esa combinación entre creatividad y diseño fue lo que le atrajo del programa que completó en la sesión de la tarde de la graduación del RUM.

Con perseverancia, llegó al Colegio donde se enfrentó con otros desafíos que requirieron de su creatividad e ingenio para continuar hacia adelante. Entre ellos, la dificultad de que el lenguaje de señas es visual y al transferirse a un campo académico, debía pensar en el vocabulario y establecer señas adecuadas. Asimismo, identificó el acceso a un intérprete que domine más allá de las señas básicas como un aspecto fundamental para quienes tienen una diversidad funcional auditiva.

«Los sordos requieren intérpretes profesionales que sepan lo que están haciendo. A veces, son un poco más costosos, sin embargo, se necesita ese tipo de servicio para que se respeten las necesidades del estudiante sordo. Por ejemplo, mis cursos eran clases avanzadas por lo que cualquier estudiante no estaba apto para interpretarlas. Para mí, la historia era muy diferente. Yo tenía que ir a la clase, sentarme con el intérprete para establecer las señas y, a veces, con el profesor para asegurarme de que había entendido el material», precisó la ingeniera.

De hecho, a su llegada al Colegio, tanto personal no docente como integrantes de la Facultad de Ingeniería aprendieron algunas señas básicas para poder comunicarse con Desireé. Este gesto lo agradece profundamente, ya que no había sido su experiencia en otros colegios y universidades que había visitado.

Su gesta formó parte de las historias de éxito que destacó en su mensaje de graduación, la profesora Wilma L. Santiago Gabrielini, rectora interina del RUM.

«Sin lugar a dudas, Desireé es un ejemplo de superación al romper las barreras del silencio. Ella ejemplifica los más altos valores que distinguen a un egresado de esta institución. Su historia abrió nuevos caminos para que otros también vayan tras sus sueños. Y a nosotros, nos legó la empatía necesaria para completar esta travesía colegial», subrayó la Rectora.

            En cuanto a sus planes futuros, comenzará a trabajar en la compañía Accenture, ubicada en Austin, Texas. Asimismo, anhela completar una maestría dentro de la disciplina, aunque no se decide por algún área en específico.

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