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Promueven iniciativa en el Recinto Universitario de Mayagüez de la UPR para que ningún estudiante se quede con hambre

Por séptima ocasión, la organización estudiantil Come Colegial del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) celebró su esperado encuentro denominado Final Feliz, en la que alrededor de 500 estudiantes recibieron comida, como parte de las actividades del fin del semestre académico.

“Esta es de las actividades más grandes que realizamos en esta época en la que los estudiantes están tomando sus exámenes finales. Es una oportunidad que tienen de relajarse y disfrutar, sobre todo dar la bienvenida a la Navidad con nuestro almuerzo del Final Feliz. El chef Ángel Soto, de Gourmet Catering, se encargó de preparar el plato principal”, indicó Adariana Feliciano Quiñones, vicepresidenta de Come Colegial y alumna del Departamento de Biología.

Durante el evento se preparó un menú alterno para los veganos, que contó con la donación de ingredientes provenientes de la finca de don Miguel Soto y su familia del municipio de Lares, junto a la colaboración de la Sororidad Internacional de Educadoras Alpha Delta Kappa (ADK), capítulo Delta. Además, se obsequiaron productos frescos como plátanos, guineos y calabazas de las Estaciones Experimentales de Juana Díaz y Adjuntas, adscritas al Colegio de Ciencias Agrícolas del RUM.

El evento tuvo un enfoque festivo con la participación artística de la agrupación Jarana Jaguar de UPR Carolina y Huella de Tambores del Colegio, quienes se unieron para interpretar ritmos de bomba y plena. Asimismo, estuvo presente un conjunto de la Banda Colegial y un colectivo de teatro del recinto carolinense.

El doctor Jorge Haddock, presidente de la UPR, y el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM dijeron presente en la actividad y durante el evento fueron ellos quienes sirvieron los platos de paella a los estudiantes.

“Parte de la misión de la Universidad de Puerto Rico es que nuestros alumnos cuenten con los recursos que necesitan para que tengan el cuerpo, el espíritu y la mente a nivel óptimo, de manera que puedan lograr su mejor desempeño en su vida universitaria, su aprendizaje y en su desarrollo personal y profesional. Este almuerzo además de ser un compartir, forma parte de un proyecto más amplio, Come UPR, que tiene el propósito de garantizar que ningún estudiante se quede sin comer. Es un reto que asumimos con compromiso y corazón”, destacó Haddock.

El presidente destacó que «las iniciativas Come UPR y Come Colegial cobran mayor importancia porque nacen del corazón de nuestros estudiantes y fomentan el valor del amor al prójimo y la solidaridad”.

Por su parte, el doctor Rullán Toro sostuvo que uno de sus principales proyectos emblemáticos de su administración es colaborar de manera directa, ya sea para identificar patrocinadores de los alimentos, así como en la recaudación de fondos.

“Hoy celebramos un final feliz del semestre asegurándonos que nuestros estudiantes están bien alimentados y que están listos para tomar sus exámenes finales. Para mí, es una gran satisfacción tener la certeza de que aquellos alumnos que se les haga más difícil alimentarse, tengan una ayuda a través de Come Colegial, gracias a este grupo de estudiantes, profesores y empleados del Recinto”, manifestó.

El colectivo universitario Come Colegial inició en el año 2014 en el RUM, iniciativa que se extendió este año a todos los recintos de la Universidad, bajo el nombre Come UPR. La iniciativa tiene el propósito de incrementar los esfuerzos que se realizan actualmente en la institución para brindar mayor seguridad alimentaria a los estudiantes que se encuentran en precariedad económica.

El proyecto consiste en la entrega de alimentos no perecederos a estudiantes en necesidad, cada dos semanas. Y se sostiene gracias a la solidaridad de empresas, entidades, estudiantes, asociaciones estudiantiles y ciudadanos privados que proveen alimentos de manera gratuita, e incluso mediante la realización de actividades para recaudar fondos. Gracias a ese apoyo también se confeccionan almuerzos gratuitos. Y opera bajo un modelo de confidencialidad, donde no se divulga el nombre, fotos o videos de los beneficiados y cuya estructura tiene estándares para medir y cuantificar el alcance de las ayudas entregadas a los beneficiados.

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