Dicen que el corazón es el músculo más elástico. Y que puede contener mucho sentimientos especiales, incluso aquéllos que las reglas convencionales de la sociedad juzgan o miran con desconfianza.

Tal es el caso del poliamor, nombre que aplica a una situación en la cual una persona tiene más de un vínculo afectivo e íntimo, el cual es aceptado (y disfrutado) por todos los participantes. El número estándar es una relación de tres. Pero hay variantes. Conoce más.

Poliamor o poligamia

El poliamor es una forma alternativa de vida afectiva. Es algo distinto a la poligamia, en la cual el integrante masculino del círculo amoroso está casado con más de una persona. Tampoco es un escenario de swingers (los matrimonios que invitan a un tercero a tener relaciones sexuales con ellos)

En el caso del poliamor, hay un acuerdo tácito de que el afecto de a dos no es suficiente. Puede ser una pareja que invite a alguien más a la relación o que el acercamiento ocurra espontáneamente. 

Pero, contra lo que popularmente se cree o percibe, no es algo pasajero, para «probar» una experiencia distinta: se trata de una relación estable de tres o más, en donde los sentimientos y el corazón juegan un rol tan importante como el placer corporal.

Este grupo afectivo puede estar conformado por un hombre y dos mujeres, o tres mujeres o tres hombres. O un número mayor y otras combinaciones de sexo y género posibles.

¿Cuánto puede durar este tipo de relaciones? El poliamor dura tanto como una pareja convencional. Pueden ser los siete años promedio que la ciencia indica, mucho menos o toda la vida.

¿Existe el engaño y las separaciones en un vínculo de poliamor? Si, la infidelidad es algo que puede producirse en cualquier tipo de relación. En el caso de los integrantes de una relación de poliamor, por ejemplo, no decir que se está teniendo relaciones sexuales con alguien por fuera del vínculo, es engaño. También ocultar si se desarrollan sentimientos por una persona que no forma parte del círculo inicial de afectos.

Diferente es una situación en la cual una pareja de dos o tres invita a alguien a formar parte del grupo como un «invitado o invitada especial», para participar de juegos sexuales o de determinados momentos afectuosos o sociales, pero no en forma permanente. Esta figura en el mundo del poliamor se conoce como unicornio.

Un estudio de 2018 revela que en los Estados Unidos, aproximadamente el 4% de los individuos participan en relaciones en donde hay un consenso de no ser monógamos. Se las denomina vínculos CNM (por consensually non monogamous en inglés).

Las relaciones CNM están estigmatizadas y consideradas menos estables y satisfactorias que las relaciones monógamas, una percepción que persiste a pesar de la evidencia de la investigación sobre este tipo de relación.

El estudio citado, por ejemplo, encontró el mismo nivel de satisfacción en cuanto al vínculo de pareja y la sexualidad en las parejas CNM que en las monógamas tradicionales.

Lo que estudios sobre este tipo de relación han demostrado es que el poliamor no es una solución a problemas que la pareja tiene, ni para justificar o ponerle un marco «legal» a la infidelidad. Es una opción de vida y una elección de relación amorosa diferente y plural.

A pesar que en los tiempos modernos la vida romántica y sexual suele ser más abierta y la gente puede expresar más lo que siente o desea, terapeutas reportan que hasta el 30% de sus pacientes que practican relaciones alternativas nunca hablan sobre estas experencias. 

Aunque para el mayor porcentaje de los personas en vínculos de poliamor se trata de una elección de vida, un pequeño porcentaje lo vive como una experiencia pasajera más, pero deciden volver a las relaciones tradicionales.

La American Psychological Association fundó un grupo de trabajo sobre CNM, para reconocer la diversidad de relaciones y para analizar las necesidades especiales de las personas que practican el poliamor.

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