EMOTIVO “REGRESO” A LA CANCHA DE DARANJELYSS YANTIN

 

Yantin-en-saque-de-honor

Foto Suministrada

 

Por Antolín Maldonado

 

El uso de la tecnología le ha permitido mantenerse conectada a la Liga de Voleibol Superior Femenino, específicamente cuando puede ver por internet la transmisión de algunos partidos, pero nada se asemeja a la experiencia de pisar la cancha, como lo hizo anoche aunque ya no en un uniforme.

Daranjelyss Yantín, a quien el martes la Federación Puertorriqueña de Voleibol y la Liga le dedicaron el Juego de Estrellas, todavía padece las secuelas físicas y emocionales del accidente automovilístico del 23 de mayo de 2015, hace menos de un año, en el que su novio, el otrora baloncelista Andrés ‘Corky’ Ortiz, Jr. y su pequeño hijo perdieron la vida, y del que ella salió con series heridas que no le permitirán seguir activa en el deporte.

“Me siento superemocionada… son cosas que no se le dan a todo el mundo. Son bien pocas las escogidas y cuando lo hacen es por algo”, dijo Yantín en relación al homenaje, durante el cual no pudo contener la emoción.

“Muchas emociones”, contestó cuando se le preguntó cuán importante era estar de nuevo en una cancha. “Yo los veo por internet, pero no es lo mismo ver a mi hermana, a mis amigas. Da sentimiento”.

Yantín se encuentra desde principios de año radicada en Minnesota en la sede de la Clínica Mayo, recibiendo terapias intensivas para intentar de que su afectado brazo izquierdo pueda recuperar algo de su funcionamiento.

Antes estuvo en el homenaje que le rindió la propia Liga al dedicarle la temporada 2016, y anoche volvió a vivir intensas emociones al dirigirse al público y expresar su agradecimiento por las oraciones, y luego al recibir el abrazo de todas las jugadoras que tomarían parte en el encuentro.

“Es bien fuerte (el proceso de recuperación y terapias). Por lo menos ya no tengo que usar el bastón. El brazo es un proceso más largo. Me tratan de estirar las manos, estoy en unas máquinas, llevar la mano al cuello…. Es bien complicado”.

La otrora jugadora de la Pinkin de Corozal, dijo que no le han dado un término de tiempo de cuánto durarán las terapias, pero se estima que debe ser no menos de tres años. En el accidente Yantín sufrió la fractura del húmero, así como también en la cadera. Además tuvo daño cerebral según indicó.

“Estoy bien contenta porque es como yo digo, realmente las bendiciones y las oraciones son lo más importante y es lo más que me interesa, porque son las que me mantienen en pie”.

Es precisamente la oración, según dijo, la que la ha ayudado a permanecer de pie anímicamente. También ver a su hermana Yamileska y sus demás amigas del voleibol superior.

“He aprendido a valorar a mi familia. Porque a veces, cuando uno es joven, uno dice, ay, mami pelea. Pero casi siempre es la familia la que está ahí”, reconoció.

Su madre, Ana Luberza, quien la acompañó durante el homenaje en la cancha, da testimonio de eso, pues previo al partido indicó que hace las gestiones para ver si puede trasladarse con su hija a Estados Unidos.

Pero Luberza reconoce que todo el proceso ha fortalecido a la exjugadora central. “Todo el mundo conoce a ‘Gorda’ la buena. Y cuando pasó todo, yo dije, ‘ay, Dios mío’”, recordó dejando entrever que pensaba que su hija de derrumbaría. El resultado, en cambio, fue otro.

“Papá Dios me la prestó nuevamente y la ha hecho tremenda mujer, la fortaleció”, dijo Luberza.

La hermana de Daranjelyss, la también jugadora Yamileska Yantín, también se mostró emocionada por tener a su hermana cerca, aunque sea solo por unos días, ya que regresará a Estados Unidos mañana.

“Es rico tenerla acá. Quien nos conoce sabe que somos una familia bien unida y siempre estamos tratando de estar juntos. Así que esto ha sido en muchos aspectos bastante fuete para nosotros, pero sabemos que esto es para el bien de ella; tener que hacer los sacrificios que haya que hacer”.

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