Con el mensaje de que los bosques y los espacios naturales son escuelas vivas y laboratorios de aprendizaje, el secretario del Departamento de Educación, Rafael Román; y la secretaria del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Carmen R. Guerrero Pérez; dialogaron hoy con estudiantes de diferentes niveles y con 30 representantes de 10 países latinoamericanos que integran la Red Iberoamericana de Bosques Modelo, quienes se encuentran de visita esta semana en Puerto Rico como parte de la reunión anual de su directorio.
La visita de los jefes de agencia al Bosque Escuela La Olimpia, en Adjuntas, valida el llamamiento a los responsables de los niños y a toda la comunidad escolar para que promuevan en los estudiantes las experiencias de contacto con la naturaleza que les complementen su experiencia académica y que son requisito a partir de la aprobación de la Ley Núm. 36 de 2015 del Programa Contacto Verde y de la Carta Circular para su implementación. Este estatuto requiere que los estudiantes de todos los niveles tengan un mínimo de 10 horas contacto por semestre dedicadas a actividades de contacto con la naturaleza.
«Desde que firmamos, en octubre pasado, la política pública para la implementación del programa Contacto Verde en todo el sistema escolar, la respuesta de nuestras comunidades escolares ha sido muy positiva. A través del programa Contacto Verde, nuestros estudiantes están conociendo la situación y los retos ambientales que como país enfrentamos y cómo ellos pueden contribuir a la solución de los problemas que afectan a nuestros recursos naturales. Estamos logrando nuestro propósito principal de formar estudiantes ciudadanos con las destrezas académicas necesarias para su transición a los estudios universitarios y el mundo laboral y, a su vez, con las herramientas sociales para aportar a la construcción de una mejor sociedad», manifestó Román Meléndez.
Por su parte, Guerrero Pérez expresó «las áreas naturales como: los bosques, reservas naturales y refugios de vida silvestre son idóneos para despertar la curiosidad innata y alentar la exploración y la búsqueda de respuestas. Estos elementos son clave para desarrollar, no solo los científicos e investigadores del mañana, sino los futuros ciudadanos capaces de pensar, tomar decisiones y proteger la naturaleza. La enseñanza en contacto con la naturaleza ofrece experiencias que son únicas, no se repiten y cada estudiante hace suya la información de forma diferente; garantiza el aprendizaje y refuerza los valores de respeto y protección hacia los recursos naturales y el planeta Tierra en el que habitamos».
Ambos titulares conversaron con los alumnos de la escuela elemental Olga E. Colón, de Guánica, quienes disfrutaron de un recorrido conducido por guías intérpretes que les hablaron sobre las especies de flora y fauna en el área y la importancia de cuidar los recursos naturales. Además, compartieron con los estudiantes de la Academia del Carmen, de Ponce, quienes en su primer día de clases en Casa Pueblo aprendieron sobre el método científico, el sistema solar y el proyecto de mariposas mediante una visita al mariposario. Por tratarse de una oferta educativa integral, también tuvieron clases de música.
Guerrero Pérez añadió que simultáneamente, la reunión de los directivos de la Red Iberoamericana de Bosques Modelo y la práctica de acciones concretas, robustece el concepto de un bosque modelo. Este concepto lo que constituye un espacio boscoso en el que convergen múltiples actividades de los seres humanos como precisamente la educativa, así como la agrícola, comercial, social y manufacturera, con una conciencia y sentido de responsabilidad por la protección de los recursos naturales, los espacios de producción de alimentos, las cuencas hidrográficas, la producción de oxígeno y el mantenimiento del paisaje.
El Bosque Modelo de Puerto Rico fue establecido mediante legislación firmada por el gobernador Alejandro García Padilla en noviembre del año 2014 e interconecta 31 municipios, 26 áreas naturales protegidas y varias reservas agrícolas a lo largo de casi 400,000 cuerdas de terreno. Estos terrenos van desde la costa norte del país, atraviesan la Cordillera Central y llegan hasta la zona seca del sur entre Guánica y Cabo Rojo.