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La senadora Mari Tere González, se expresó en torno a la propuesta Junta de Control Fiscal aprobada por el Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de EE.UU. La también presidenta de la Comisión de Educación, Formación y Desarrollo del Individuo del Senado de Puerto Rico, aseguró que «la experiencia en otras jurisdicciones sobre este tipo de mecanismo es que representa una amenaza a los fondos para la educación, tanto para las escuelas como para las universidades públicas. Por supuesto, eso tenemos que combatirlo y estoy en primera fila para evitar que nuestros niños y jóvenes sufran las consecuencias, porque ellos no son culpables de la situación fiscal», aseguró la legisladora.
González se refiere concretamente a las expresiones de la académica norteamericana doctora Deborah Kobes, autora de la investigación ‘Out of Control?: local democracy failure and fiscal control boards’ (¿Fuera de control?: fracasos de la democracia local y juntas de control fiscal). La perito explica las estrategias que una Junta de Control Fiscal pudiese utilizar en Puerto Rico para controlar los presupeustos del País. «Kobes pasa revista de las composiciones de las juntas que atendieron los casos de localidades grandes como Miami y Washington D.C. y cita el ejemplo de los aumentos de matrícula en la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY)», argumentó la también senadora por Mayagüez-Aguadilla.
«En una reciente entrevista con ‘Diálogo’, la doctora Kobes asegura que la protesta más común sobre las Juntas de Control Fiscal es que se apoderan de la democracia local y autogobiernan. Además, el peritaje de los miembros y el ‘staff’ de la Junta siempre suele ser en finanzas y negocios, no en cómo administrar servicios públicos como lo es la educación. Ellos pueden eliminar servicios porque los consideren caros o ineficientes, pero sin mirar a largo plazo los daños que estén causando», abundó la senadora.
«El problema al que nos enfrentamos en Puerto Rico es que aún no sabemos si se aprueba semejante Junta, bajo qué condiciones, con cuáles protagonistas y el tiempo que estarían ejerciendo en Puerto Rico. Las decisiones que tomen nos afectarán por años y por décadas. En el caso de la educación, es indispensable que se trabaje a largo plazo. Una economía renovada y saludable, como todos queremos, requiere de personas bien educadas, que puedan competir a nivel global. Los ejemplos los tenemos en los países que han invertido sabiamente en la educación. No podemos obviar eso», finalizó la senadora González.