Un grupo de investigadores del Colegio de Ciencias Agrícolas (CCA) del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) estudiará el impacto de la capacitación en extensión agrícola sobre COVID-19 en la cadena de suministro de carne en Puerto Rico. El proyecto titulado Fighting COVID-19: Assessment of the Impact of Agricultural Extension Training on Covid19 in the Meat Supply Chain in Puerto Rico, recibió una subvención de $175 mil del Gobierno de Puerto Rico y fue una de las 10 propuestas que fueron seleccionadas de la UPR.
«Uno de los objetivos principales de este esfuerzo es ofrecer asistencia técnica y educación no formal a los ganaderos y procesadores de alimentos para abordar los problemas de salud y seguridad de COVID-19 en la fuerza laboral. Además, buscamos incrementar la producción local de carne, reduciendo los riesgos para la salud, y los costos de operación. Asimismo, esta investigación proporcionará datos científicos sobre el impacto económico del COVID-19 en la industria cárnica de Puerto Rico», indicó el doctor Julio C. Hernández Correa, investigador principal de la propuesta y catedrático del Departamento de Economía Agrícola y Sociología Rural, adscrito a la Estación Experimental Agrícola (EEA).
Los coinvestigadores, de la única propuesta escogida en el ámbito agrícola, son los doctores Alexandra Gregory, Fernándo Pérez, y María Rodríguez. Asimismo, participan los doctores Myrna Comas, Robison Rodríguez, Edly Santiago y la profesora Aixa Serrano, del Colegio de Ciencias Agrícolas. Del mismo modo, la doctora Magda Latorre, del Departamento de Ingeniería Química.
«Este es el primer estudio que busca explorar las interacciones de la cadena de suministro de carne en Puerto Rico con un enfoque interdisciplinario. El proyecto tiene cinco equipos de trabajo: (1) evaluación social de la experiencia asociadas al COVID-19 de los trabajadores de la cadena de distribución de carnes; (2) valoración económica de los efectos del COVID-19 y la cuarentena en los agronegocios y subindustrias de carne; (3) desarrollo e implementación de capacitación sobre prevención y manejo de COVID-19 en los distintos eslabones de la cadena de producción y distribución de carnes; (4) evaluación del efecto de estos entrenamientos y; (5) evaluación microbiológica de los efectos del entrenamiento», explicó Hernández Correa.
Destacó que en la isla sabe poco sobre cómo el COVID 19 ha afectado las plantas de procesamiento de carnes.
«Llevé a cabo un estudio preliminar que sugirió que el COVID está sobrerepresentado en los empleados que trabajan en las industrias de manufactura, entre las cuales se encuentran las plantas de procesamiento de carne. Es necesario proteger el sector agropecuario local: ya que el 90 por ciento de la carne en la isla se importa. De manera que una reducción de las importaciones de carne, debido al cierre de plantas de procesamientos de carne en los Estados Unidos, puede generar serios problemas de inseguridad alimentaria», puntualizó el investigador principal de la novel propuesta.
Por su parte, el doctor Jorge Haddock, el presidente de la UPR, destacó la calidad e importancia de la investigación científica a nivel local y global.
«En el contexto histórico en que nos encontramos, estamos muy orgullos y esperanzados con los resultados de esta investigación. Su desarrollo y resultados no sólo aportarán valiosa información para la industria de la carne, tan importante para la economía y la industria de alimentos, a su vez permitirá llevar asistencia técnica y educación formal a los ganaderos, uno de nuestros objetivos como principal centro docente de la isla. El mayor de los éxitos al doctor Julio Hernández Correa, y a su equipo de científicos, en este gran proyecto», indicó Haddock.
Para el recinto mayagüezano de la UPR, esta investigación representa la importancia de la conservación de la agricultura en el archipiélago borincano.
«Nos sentimos optimistas del impacto que tendrá esta investigación para mitigar los alcances de la pandemia en el sector cárnico del país. Sin duda, conocer estos datos de primera mano, con más detalle y de manera científica, nos dará la capacidad de recomendar soluciones y mejores prácticas. Definitivamente, es la razón de ser de nuestra misión educativa que trasciende en el salón de clases hacía el impacto comunitario y la extensión agrícola. Felicito a los investigadores del Colegio de Ciencias Agrícolas, facultad académica más antigua de nuestra institución, cuyas aportaciones científicas y educativas son de inmenso valor para el Colegio de Mayagüez», expresó, por su parte, el doctor Agustín Rullán Toro, rector del RUM.
Mientras, para el doctor Raúl E. Macchiavelli, decano y director del CCA, «este proyecto muestra la pertinencia del trabajo interdisciplinario que realizamos desde el Colegio de Ciencias Agrícolas para aportar al conocimiento y mejorar la calidad de vida de la familia puertorriqueña. Estaremos aprendiendo cómo la pandemia ha afectado a la industria de la carne en Puerto Rico y también educaremos a los trabajadores en estas industrias para que se mantengan saludables. Mediante un equipo excelente de profesionales realizaremos una contribución importante a la seguridad alimentaria en el país».
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), principal organización mundial dedicada a combatir el hambre, advirtió sobre los riesgos que representa el COVID-19 para la cadena de suministro de alimentos.
El doctor Hernández Correa, indicó que específicamente en los Estados Unidos de América, la industria de carne está enfrentando serios retos debido a este virus.
De hecho, el 28 de abril de 2020, el presidente Trump declaró las plantas de carne como una infraestructura crítica para el funcionamiento de la nación. A pesar de que las Directrices del Gobierno Federal sobre distanciamiento social y equipos de protección se publicaron el 9 de marzo (OSHA 3990-03 2020), a principios de abril los principales medios de comunicación de los EE. UU. informaron sobre la propagación generalizada del COVID-19 entre los trabajadores de las plantas procesadoras de carne. Como consecuencia de esto, muchas plantas cerraron debido a que sus trabajadores estaban infectados y muchos de ellos murieron.
«La FAO anticipó sobre una posible escasez de alimentos debido a las complejas interacciones de la red que involucra a agricultores, proveedores de insumos agrícolas, plantas de procesamiento, transporte y minoristas. Para evitar esta situación, es imperativo que los países mantengan en marcha las cadenas de suministro de alimentos. Por ese motivo, esta investigación es sumamente importante para la isla», concluyó.