A fin de evitar que el gobierno federal revierta el traspaso de terrenos al Estado Libre Asociado, proteger vidas en áreas de riesgo y evitar mayores daños al ecosistema del Bosque estatal de Ceiba, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) propone un plan que incluya a la comunidad, las agencias, municipios, legislatura y entidades de interés para diseñar un plan de acción sensible para trabajar la situación de la comunidad en Punta Figueras.
La secretaria del DRNA, Carmen R. Guerrero Pérez expresó que en el mes de mayo la agencia recibió una comunicación de la Administración federal de Servicios Generales (GSA, por sus siglas en inglés) para evaluar el cumplimiento con las estipulaciones del acuerdo de traspaso de los 166 acres de terreno transferidos en 1994 y, tras una inspección ocular, se requirió acciones remediativas.
Las estipulaciones del acuerdo de transferencia establecen que los usos de esas tierras —antes en poder de la Marina— deben ser exclusivamente para la conservación de la vida silvestre y los ecosistemas naturales de ese bosque donde existe un importante sistema de manglares.
El acuerdo establece que, en la eventualidad de que estos terrenos no sean utilizados para los fines mencionados, el gobierno de los Estados Unidos retomará la titularidad de los terrenos automáticamente y tomará posesión inmediatamente.
«De la inspección efectuada el 27 de mayo de este año, se encontró que había aproximadamente 50 casas o construcciones, de las caula algunas reciben los embates del mar. Como respuesta, la AGS requirió un plan detallado de los esfuerzos del DRNA, para cumplir con las restricciones establecidas en el acuerdo de transferencia», explicó la planificadora.
De otra parte, y tras querellas de ciudadanos y personal de Para la Naturaleza, la agencia realizó dos inspecciones adicionales en donde pudo constatar movimiento ilegal de tierra, relleno de humedales y la creación de un dique para evitar que las aguas discurran naturalmente en el humedal. El DRNA está en proceso de investigación.
El DRNA es el administrador y custodio de estos terrenos al igual que el encargado de la conservación de los recursos naturales, pero esta situación debe ser atendida de forma integral con la comunidad, las agencias pertinentes, el municipio y entidades de interés como Para la Naturaleza, quien tiene un acuerdo de comanejo del área adyacente.
«Desde el pasado mes de septiembre, el DRNA convocó un comité multisectorial para preparar el plan que atenderá la situación actual en el Bosque estatal de Ceiba. A la reunión acudieron funcionarios del Departamento de Vivienda, Comunidades Especiales, el DRNA, la organización Para la Naturaleza, el Centro para un Nuevo Puerto Rico, la Clínica de Comunidades de la Escuela de Derecho de Puerto Rico y el Senado de Puerto Rico», señaló Guerrero Pérez.
En el día de hoy se realizó otra inspección ocular por parte del Senado. Nos preocupa las condiciones de algunas de las estructuras que se ven están en riesgo a los embates del mar y que pueden representar un riesgo a la vida y propiedad.
Como parte del plan, se le ha solicitado al Departamento de Vivienda preparar un estudio y un perfil socioeconómico de los ocupantes de las estructuras para determinar cuáles son viviendas primarias y secundarias. Además, se realizará una reunión con todos los ocupantes para integrarlos al Comité y a las propuestas que se vayan a realizar.
El reconocimiento del valor ecológico del área proviene desde el año 1918, cuando el entonces gobernador de Puerto Rico, Arthur Yager, proclamó y designó 849 cuerdas de manglares en los municipios de Fajardo, Ceiba y Naguabo como el «Bosque Estatal de Ceiba». En 1941, el Gobierno de Puerto Rico transfirió el título de propiedad de 173 cuerdas al Gobierno Federal para fines de seguridad nacional como parte de la Base Naval Roosevelt Roads. La Orden Ejecutiva OE-1996-57, «reconoce el sistema de Manglares de Ceiba como irremplazable por su legado biológico, histórico y cultural, … y como verdadero tesoro nacional e internacional».