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El atletismo corre en la sangre de Lizandra, participa junto a sus hijos en las Justas Inter Escolares de Cayey

La atleta Lizandra Torres Rivera celebro junto a dos de sus tres hijos en las pasadas Justas Inter Escolares de Cayey, donde además fue sorprendida por los organizadores con un reconocimiento por su labor deportiva en la ciudad. Lizandra es la fundadora de Cayeyanos Golden Athletics, entidad sin fines de lucro dedicada a promover el deporte en las comunidades. «Yo estoy desde los 10 años practicando el deporte del atletismo, en mis escuelas María Dávila Semidei, Josefina Muñoz y la Cecilia Lebrón Ramos, de Patillas. Ya en Cayey llevo 10 años viviendo en Cayey».
Durante la celebración de las Justas Inter Escolares de Cayey, el alcalde Rolando Ortiz Velázquez sorprendió a Lizandra y a Nelsie Ortiz Torres, por la destacada trayectoria deportiva de ambas a favor del deporte cayeyano. «Los fogueos de los atletas los primeros domingos de mes en nuestra ciudad se conocen como la carrera de Nelsie, ya que por los pasados 14 años, ella ha unido a los corredores cayeyanos. Tanto Nelsie como Lizandra son dos ejemplos extraordinarios de la importancia de la labor comunitaria y ejemplos a seguir como ciudadanas que aportan su tiempo y esfuerzo por el bienestar de sus comunidades».
En entrevista con este medio, los amigos y compañeros de Lizandra comentaban que sus logros son legendarios, porque ganaba todas las carreras donde participaba. «Yo empezé en un evento escolar de Acción de Gracias y me fui descalza, pensando que iba a correr mejor así. Luego aprendí que eso es un error, hay que tener buen calzado». Desde esa fecha, en su casa no se compró más pavo porque todos los años Lizandra se ganaba 4 y 5 aves congeladas. Ya en su adolescencia, decidió estudiar enfermería, pues fue becada por el Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico. 
«Recuerdo que mi compueblana Angelita Lind me fue a reclutar para atletismo, pero ya tenía compromiso con la Universidad. En el RUM participé en 800 metros, 400 metros y campotraviesa. En una actividad en Peñuelas corrí con Angelita y ella me pasó por el lado como una bala, ella tendría como 45 años y yo 22 años», comenta la atleta con una sonora carcajada.
Viuda desde hace 10 años, nuestra atleta  formó familia con el lareño Carlos Soto, también atleta. Dos de sus hijos, de 18 y 16 años, son estudiantes de la Escuela Miguel Meléndez Muñoz y participaron activamente en las Justas Inter Escolares con sus compañeros. «Mi hijo mayor, que ya tiene 20 años, también es participante de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), representando a su Universidad Ana G. Méndez, donde precisamente Lizandra está terminando su maestría en consejería profesional.
«En mis tiempos todo lo logré por los deportes escolares y ahora se hace muy poco deporte en las escuelas. Todos los sábados teníamos alguna actividad deportiva, fuera baloncesto, volleyball, softball o atletismo, que es mi fuerte, será por el ADN, porque mi abuelo Catalino Rivera también corría. El apoyo de los maestros de educación física es crucial y de los padres, a quien aconsejo que le dediquen tiempo a sus hijos, porque el tiempo pasa volando», finalizó Lizandra.

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