Aunque al inicio de la pandemia la información se centraba en los síntomas y complicaciones de covid-19, a un año, se habla también de las secuelas de esta enfermedad, una de ellas, la fatiga. Especialistas explican que podría durar meses.
Hablar de covid-19 es referirnos a una enfermedad compleja de la cual los médicos e investigadores continúan aprendiendo. Si bien se trata de una infección principalmente respiratoria, se ha encontrado que afecta a muchos órganos a demás de los pulmones, provocando efectos a largo plazo.
También te puede interesar: Secuelas en pacientes recuperados de covid-19 pueden durar varios meses, revela estudio
¿Cuáles son las principales secuelas de covid-19?
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, explican que, si bien la mayoría de las personas con covid-19 se recuperan, otras pueden presentar síntomas que permanecen semanas o meses después de recuperarse.
La particularidad, es que esto no es exclusivo de pacientes que estuvieron hospitalizados. Se ha encontrado que, incluso quienes tuvieron una enfermedad leve, pueden presentar síntomas persistentes o tardíos.
Si bien aún se trabaja en profundizar en estos síntomas, identificar quiénes tienen más probabilidad de presentarlos y si desaparecen después de un tiempo, se ha informado que los que más comúnmente se presentan a largo plazo, son:
- Fatiga
- Dificultad para respirar
- Tos
- Dolor en las articulaciones
- Dolor de pecho
Asimismo, aunque con menos frecuencia, se ha reportado que pacientes presentan: “mente nublada”, depresión, dolor muscular, dolor de cabeza, fiebre intermitente y palpitaciones o latidos rápidos o muy fuertes.
Finalmente, aunque es menos común, también es posible que existan complicaciones graves a largo plazo en diferentes sistemas del organismo, como anomalías en la función pulmonar, inflamación del músculo cardíaco, lesión renal aguda, manifestaciones dermatológicas, entre otras.
También te puede interesar: Pérdida de cabello: secuela de pacientes recuperados por covid-19
¿Cuáles son las causas de la fatiga post-covid?
De acuerdo a un artículo del Brain Sciences, la fatiga es uno de los síntomas que persisten después de la fase aguda de la enfermedad, considerado también uno de los más debilitantes, pues implica una disminución del rendimiento físico y/o mental.
Al respecto, el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, explica que existen diferentes razones que provocan la fatiga después de la infección por covid-19, entre ellas: una respuesta continua al virus, pese a que la infección haya mejorado y el efecto de una enfermedad grave, como en el caso de una neumonía, donde la fatiga puede durar hasta 6 meses.
Fatiga post-covid puede durar meses después de la recuperación
La fatiga no es una secuela rara, de acuerdo a los especialistas, es muy común tras una infección viral, durando un promedio de 2 a 3 semanas. Sin embargo, en algunas personas puede permanecer meses.
En un artículo del sitio de la Escuela de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el académico Gustavo Torres, explicó que se trata de una respuesta normal del cuerpo a la lucha contra una infección viral como lo es covid-19, provocando alteraciones del sueño, inestabilidad al estar de pie, daños en la capacidad de concentración y memoria e incluso dolor de cabeza y muscular inexplicable.
En cuanto a la duración, en el mismo artículo, la Dra. Solagne Rivera, explica que, en promedio, en el 70 la población los síntomas de fatiga pueden persistir durante 3 a 4 semanas de haber tenido covid, disminuyendo a lo largo de las semanas.
Sin embargo, estudios europeos, han demostrado que, tras 2 meses, el 50 por ciento de los pacientes pueden continuar con fatiga, sin tener claro el perfil de los afectados, ya que se suele presentar independientemente de la gravedad de la infección o si el paciente requirió o no hospitalización.
Al respecto, los especialistas del Reino Unido, explican que existen factores que pueden emporar la fatiga y contribuir a que dure más, entre éstos se encuentran los bajos niveles de actividad física, una rutina diaria alterada, los patrones de sueño deficientes, el trabajo exigente, un bajo estado de ánimo, así como la ansiedad y depresión.